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Instituciones públicas y privadas la entregaron a Peña Nieto

Presentarán al Senado agenda sobre ciencia y tecnología

Demandan especialistas que el conocimiento sea motor de desarrollo

 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de octubre de 2012, p. 15

En el sexenio 2012-2018, el objetivo estratégico de la política de Estado en materia científica debe ser convertir el conocimiento y la innovación en motores para el crecimiento económico del país, el cual favorezca el desarrollo humano, posibilite una mayor justicia social, consolide la democracia y la paz y fortalezca la soberanía nacional.

La anterior es la propuesta principal del documento Hacia una agenda nacional en ciencia, tecnología e innovación, elaborada por más de 60 instituciones académicas públicas y particulares, centros de investigación y entidades privadas.

Se trata del principal diagnóstico en la materia, el cual fue entregado a Enrique Peña Nieto el jueves pasado y este martes se presentará en el Senado de la República, en el cual los expertos delinean más de un centenar de propuestas para que México deje la zaga en desarrollo científico y así pueda avanzar en desarrollo económico y social.

Sintetiza los objetivos que el país debe ponerse en la mira: Transitar del concepto hecho en México, al de creado en México.

Más allá de limitarse a lograr que uno por ciento del PIB se invierta en esas áreas, el diagnóstico abarca ocho ejes principales donde se hacen planteamietos concretos.

En un punto hace énfasis es la descentralización del sistema nacional de ciencia.Aún existen marcadas desigualdades y asimetrías entre las regiones del país en materia de educación superior, ciencia, tecnología e innovación. Dichas inequidades son relevantes y requieren ser atendidas.

El documento, iniciado por convocatoria del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro, subraya que el desarrollo nacional vigoroso únicamente es posible mediante el desarrollo regional integral.

Para fortalecer a las regiones, los expertos proponen que, con respeto a la soberanía estatal y a la institucionalidad territorial, deben generarse políticas diferenciadas para vincular la capacidad científica y tecnológica de estados y municipios con el aparato productivo local, contando con el apoyo gubernamental –en sus tres niveles– y de las empresas.

Agrega la necesidad de robustecer los sistemas estatales de ciencia, tecnología e innovación con grupos de liderazgo que identifiquen capacidades, oportunidades y recursos locales, y definan sus propias agendas estratégicas.

Otros de los lineamientos es promover una economía basada en el conocimiento y la innovación, mediante polos de desarrollo estatal y/o regional, capaces de atraer y retener inversiones y capital humano, que impacten en el bienestar social; comprometer a los gobiernos estatales a impulsar actividades ligadas al sector e incorporar un fondo específico en el ramo 33 que fomente estas acciones, descentralizando gradualmente programas federales hacia los estados.

Asimismo, subraya que se deben aumentar las capacidades regionales en esas áreas, creando por lo menos tres centros de investigación, de innovación o desarrollo tecnológico por año; ensayando modelos mixtos de interacción entre instituciones, y compartiendo la infraestructura científica, tecnológica y de telecomunicaciones con la industria, para aprovechar óptimamente los recursos.

Se agregan: incrementar la construcción de laboratorios nacionales en campos estratégicos, donde confluyan sectores académicos y empresariales en el desarrollo de proyectos de alto impacto; fortalecer la formación de talento en sectores estratégicos de las entidades federativas, consolidando cuerpos académicos en las instituciones de educación superior estatales y estimular la movilidad académica, la formación de redes y la orientación de programas de repatriación y de incorporación de líderes científicos, tecnólogos e innovadores a polos de desarrollo regional.

El análisis está suscrito por la UNAM, el IPN, las universidades Autónoma Metropolitana e Iberoamericana, el Conacyt, la Academia Mexicana de Ciencias y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, así como por organismos del sector privado como la la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico, la Coparmex, la Confederación Nacional de Cámaras Industriales y la Canacintra, entre otras.