Con un homenaje de cuerpo presente, integrantes de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), familiares y amigos, despidieron al literato e investigador Miguel Capistrán, fallecido el pasado 25 de septiembre a los 73 años.

Sus restos serán cremados y permanecerán en la ciudad de México, indicaron sus hermanas Julia y Francisca.

Miguel Capistrán fue sin duda el conocedor más estricto y amplio de nuestra poesía, particularmente de los Contemporáneos. Nadie podía hacer una investigación sobre ese tema sin que tuviera que recurrir a los consejos, no sólo llenos de sabiduría, sino de modestia y humildad que Miguel prodigaba, dijo el director de la AML, Jaime Labastida, durante la ceremonia que se realizó este jueves en la Capilla Alfonsina, donde sólo Alfonso Reyes había recibido un homenaje de este tipo.

Labastida recordó que Miguel Capistrán recibió con entusiasmo el hecho de ser admitido en la Academia Mexicana de la Lengua por méritos de sobra conocidos por todos y adelantó que la institución reproducirrá el discurso que preparaba el autor de Los contemporáneos por sí mismos para su ingreso en ese cuerpo colegiado, el 9 de octubre. En un gesto simbólico entregó a sus hermanas el diploma y las insignias que lo acreditarían como miembro de número.

Fallecido el martes pasado, Miguel Capistrán participaría este viernes en la Capilla Alfonsina en el homenaje a Jorge Cuesta, de quien preparaba una biografía novelada, de acuerdo con su hermana Francisca, quien precisó que las cenizas del ensayista permanecerán en esta ciudad, en una iglesia de la colonia Narvarte, al lado de las de su madre, de quien era muy apegado.

Agregó que posiblemente entregarán el discurso de ingreso a la AML la próxima semana. Él lo estaba elaborando; el lunes todavía estaba escribiéndolo en la noche y no estoy segura si lo terminó. Lo que voy a hacer es transcribirlo, porque todo lo hacía a mano y tratar de darle una conclusión, porque creo que no tuvo tiempo de hacer todo.

Fue su hermana Julia quien ofreció un discurso en nombre de la familia. Recordó ante el micrófono, al lado del ataúd, que a los tres años el juguete favorito del escritor eran unas tijeras con las que recortaba periódicos abajo de la cama. Fue un hombre verdaderamente sociable y al mismo tiempo extremadamente solitario, dijo.

A las 14:30 horas, el féretro con los restos de Miguel Capistrán salió de la Capilla Alfonsina entre aplausos.