Cese el fuego, exige el colectivo de la ex senadora Piedad Córdoba
Miércoles 26 de septiembre de 2012, p. 32
Bogotá, 25 de septiembre. Un acuerdo de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no pondría fin al derramamiento de sangre en Colombia ya que algunos rebeldes no se acogerán al proceso y las bandas criminales financiadas por el narcotráfico seguirán enfrentando al gobierno, estimó el centro de análisis International Crisis Group.
Las conversaciones, que fueron anunciadas después de dos años de negociaciones secretas con la principal guerrilla colombiana y que son el primer intento en más de una década para poner fin a la confrontación interna, comenzarán el 8 de octubre en Noruega y luego se trasladarán a Cuba.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reveló que había iniciado contactos para un diálogo con la insurgencia al comienzo de su gobierno, en 2010, mediante mensajes con el entonces líder guerrillero Alfonso Cano, quien luego fue abatido el 4 de noviembre de 2011 en una operación que él mismo autorizó y justificó porque habían acordado hablar en esa etapa en medio del fuego.
Dijo que esa decisión fue muy difícil, cuando el ejército le comunicó que tenía rodeado a Cano, y que él consideró que el conflicto no iba a cambiar hasta que las dos partes, gobierno y guerrilla, decidieran empezar el proceso de negociación que llevara a la paz.
Es probable que no logren convencer a algunos elementos de las FARC a deponer las armas, especialmente los que están muy involucrados en el tráfico de drogas. Incluso habría una importante amenaza de seguridad de los grupos armados ilegales arraigada en los paramilitares desmovilizados oficialmente y de otros grupos criminales organizados
, precisa el reporte del equipo de análisis de International Crisis Group.
Con sede en Bruselas, el centro de análisis apunta que Colombia tiene un poco más de la mitad de posibilidades para tener éxito en las negociaciones de este momento, ya que el gobierno se enfrenta a un menor número de obstáculos y la mayoría de los colombianos apoya el diálogo de paz.
El organismo, que aboga por un cese el fuego y la inclusión de la sociedad civil en el diálogo de paz, destaca las importantes reformas como la devolución de tierras a los campesinos desplazados por la violencia como pasos que podrían allanar el camino para las conversaciones de paz.
Por último, el colectivo Colombianos por la Paz, que preside la ex senadora liberal Piedad Córdoba, también consideró necesario un cese el fuego durante los diálogos en puerta. La lideresa hizo esta petición mediante cartas dirigidas al presidente Santos y al máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timockenko.
El grupo de Córdoba estimó que la suspensión de las hostilidades ayudaría a remover los obstáculos que puedan restar legitimidad a los diálogos de paz
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