Santiago, 24 de septiembre. El gobierno derechista del presidente Sebastián Piñera resolvió hoy cerrar el periódico gubernamental La Nación, tras 95 años de existencia, con lo que dos empresas privadas, El Mercurio y La Tercera, pasarán a controlar casi todo el mercado de publicaciones diarias, con una línea editorial conservadora.

Pese a que no había unanimidad entre los miembros del directorio para el cierre definitivo, la junta extraordinaria de accionistas votó por la clausura con el respaldo de los representantes del gobierno, que posee 70 por ciento de la propiedad empresarial.

Los accionistas minoritarios y los sindicatos de trabajadores rechazaron la cancelación definitiva del periódico, que sólo se publicaba en Internet, por disposición del propio Piñera al asumir la administración pública en 2010.

Algunos de los activos que dejará de utilizar La Nación son el edificio de la calle Serrano, frente al palacio presidencial de La Moneda, una imprenta en el suburbio de Maipú y un invaluable archivo histórico.

“Durante 20 años tras el retorno a la democracia, hemos visto a un diario, La Nación, que ha estado siempre bajo la subordinación de los gobiernos en turno. Creemos que esto no es conveniente y que los gobiernos no necesitan de medios de comunicación propios”, dijo el vocero de la Presidencia, Andrés Chadwick.

Las ediciones de La Nación, que era deficitario, pudieron mantenerse durante un tiempo con los ingresos del Diario Oficial, que pasará al control de Ministerio del Interior.

Nancy Arancibia, presidenta del Sindicato No. 3 del periódico, dijo que el cierre provoca la pérdida de 117 puestos de trabajo, por lo que los periodistas de la empresa presentaron al mediodía de este lunes un recurso de protección ante la Justicia, en contra de la medida.

No nos queda más que seguir adelante, luchando, tratando de que esta situación se revierta en tribunales, dijo Víctor Pérez, presidente del Sindicato No. 1.

También los accionistas minoritarios de la publicación, agrupados en la compañía Colliguay, informaron su voluntad de impugnar la decisión del gobierno de Piñera.

La Nación fue fundado en 1917 por el periodista Eliodoro Yáñez y una década después fue expropiado por el Estado. En los primeros años de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) pasó a llamarse La Patria y luego El Cronista.

Lo que tenemos ahora es que estamos en un país en el que no hay diarios de oposición, dijo el presidente del Colegio de Periodistas, Marcelo Castillo.

“El cierre de La Nación es un atentado a la libertad de expresión que concentra aún más el duopolio del mercado de medios escritos”, consideró por su parte Pérez.

A su vez, el senador Carlos Larraín, del partido Renovación Nacional, el partido de Piñera, afirmó que esta es una decisión política, puesto que “es político todo lo que tiene que ver con el empleo de los fondos del Estado, y La Nación es un diario deficitario”.

Larraín confesó haber tenido la expectativa de que los medios agradecerían la decisión del gobierno. “Yo pensé –dijo– que los medios de comunicación iban a estar muy contentos porque se les acaba una competencia desleal”.