Oaxaca, Oax., 23 de septiembre. Zapatos rojos de punta y aguja, con brillitos que harán que la luz sea iridiscente en los giros de un danzón de postín, de punta y tacón; medias negras de red, o faldas que dejan asomar una pierna, todo según la mirada, a través de la lente de Cristina Kahlo, quien expone 45 de sus obras en la muestra Tiempos de danzón, instalada en el Centro Cultural San Pablo, como parte de las actividades del séptimo Congreso Nacional Danzonero, que concluyó este domingo, cuando apenas unas miles de parejas provenientes de varios puntos de la República le iban tomando gusto.

Cristina es sobrina nieta de Frida y ha seguido la ruta artística. Las imágenes que aquí se muestran fueron tomadas en la ciudad de México, en Veracruz, Querétaro. Ahora seguiremos con Oaxaca. Trato de expresar con imágenes lo que es el danzón para miles de personas en México. Considero que el danzón es todo un ritual para quienes lo bailan y lo disfrutan.

Comunicación más allá de las palabras

Ella lo baila poco, pero considera que las parejas hallan en el danzón una forma de integración. En el danzón se da una comunicación que va más allá de las palabras. Todo es a través del baile.

Siente, dice, lo que vivió cuando tomó cada foto. “Aquí sólo expongo 45 imágenes, que son producto de un proceso que comenzó hace cinco años. Son fotografías análogas, de rollo, en blanco y negro, y digital.

“Esta exposición hay que verla como un todo, aunque cada foto tiene su importancia. El danzón forma parte de mi vida y el que más me gusta es Nereidas.”