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El escritor habló en la UNAM sobre Rufino José Cuervo

Pide Fernando Vallejo no votar por granujas de una inexistente democracia
 
Periódico La Jornada
Domingo 23 de septiembre de 2012, p. 6

No hay que votar por los granujas de una democracia que no existe, no hay que reproducirse, porque la vida es una desgracia y no hay que comerse a los animales que sientan miedo y dolor. Esos son los tres únicos principios del escéptico y controvertido escritor colombo-mexicano Fernando Vallejo.

Sin embargo, durante una larga charla con estudiantes y profesores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, el anticlerical Vallejo refrendó la canonización a manos suyas del humanista, erudito y filólogo bogotano Rufino José Cuervo, a quien consideró un santo verdadero que hay que adorar.

Vallejo habló en el Aula Magna como parte de la cátedra extraordinaria Juan Ruiz de Alarcón, y tomó como punto de partida su nuevo libro El cuervo blanco (Alfaguara), biografía de Cuervo, nacido en Bogotá en 1844 y fallecido en 1911 en París, donde vivió sus últimas tres décadas.

Cuervo, comentó, fue un hombre puro y generoso alejado del poder, pese a haber nacido cerca de él, y que emprendió una empresa tan enorme como demencial: escribir el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, obra fundamental que nunca pudo concluir.

Presentado por el escritor José Luis Ibáñez, Vallejo consideró a Cuervo como el mejor de los colombianos y el gran personaje de Colombia, el más noble; los otros son politiqueros despreciables, una lista miserable de presidentuchos.

La muerte del idioma español, la muerte común del planeta

La biografía, planteó el autor de La virgen de los sicarios, es un género menor y no hay forma de hacerlo mayor, porque está lleno de nombres de personas, de calles, países, ciudades, hoteles, barcos y citas. Y la primera función del biógrafo es muy humilde: abrir y cerrar comillas, como un portero abre y cierra puertas.

Brillante y maestro del humor ácido, como siempre, Vallejo dijo a un público encantado y aplaudidor: Ahora que estamos en pleno desastre, a lo mejor rumbo al final, la muerte del idioma español va a ser la muerte común del planeta, si es que nos lo acabamos todos juntos, salvo que antes lo acabe el inglés. Y con ello criticaba una vez más la anglización del castellano y el predominio creciente de la cultura anglosajona.

Nos colonizaron hasta el alma. Y no me estoy quejando, simplemente constató un fenómeno que estoy viendo, aclaró, y luego vinieron muchísimas preguntas del público, que el autor de obras como El desbarrancadero, La tautología darwinista y Logoi, una gramática del lenguaje literario respondió regocijado.

Acerca de sus libros, confesó: Casi no hablo de ellos, porque me da vergüenza y me siento como vendedor de libros. Además se me olvidan luego de que los escribo y no les doy importancia, pero no es por modestia, es la realidad. Me entretengo con ellos porque tengo la vida muy vacía. No les den importancia, además soy muy repetitivo, no los compren.

Vallejo reconoció a los presentes como interlocutores, pero dijo que son un grupo muy pequeño de la sociedad, la cual es, en general, profundamente inculta e inmoral, empezando por la clase política, que es la que habla, y el presidente que se tomó el micrófono durante seis años, pero ustedes por fortuna todavía no tienen relección como ya la tenemos en Colombia.

Sostuvo que no hay que confundir la poesía con los versos, ni los versos con la pedacería de frases que ahora pretenden que es poesía y que son versos. Agregó que la poesía está en otros lados; en la novela podría estar, en el cine, si es que el cine es algo, pero donde sí no está es en eso que dicen los poetas que es poesía.

Aunque dijo que no era educador, accedió a compartir sus principios, los únicos posibles de una moral posible: no te reproduzcas (la vida es una desgracia y nadie tiene derecho a sacar a alguien de la patria de la nada); respeta a los animales de sistema nervioso complejo, porque son como tú, sienten dolor, hambre, sed, miedo y, por tanto, son tu prójimo, y no votes por estos granujas de lo que llaman democracia, que democracia nunca ha habido.