Iglesias por la Paz realizan jornada contra la violencia
Sábado 22 de septiembre de 2012, p. 12
Integrantes de diversas congregaciones religiosas, agrupadas en el colectivo Iglesias por la Paz, realizaron ayer en la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico de la ciudad, una jornada de oración contra la violencia, mediante la cual reiteraron su demanda de que el gobierno detenga la ola de muertes y desapariciones que azota al país.
En medio de cantos y rezos, los asistentes crearon pequeños murales en el suelo, utilizando granos de maíz, frijol y arroz, y realizaron un saludo a los cuatro puntos cardinales con hojas de palma y humo de copal, en recuerdo de quienes han sido víctimas de asesinato, desaparición forzada, tortura u otros crímenes de lesa humanidad.
Durante el acto ecuménico, los integrantes de los 18 grupos religiosos que integran Iglesias por la Paz volvieron a hacer un llamado para que la tranquilidad y la concordia reinen en México, y se rectifique la estrategia de seguridad del gobierno, que ha dejado más de 60 mil muertos durante todo el sexenio.
Juan de Dios Ávila, sacerdote de la Congregación de Siervos Trinitarios de la Parroquia de Tlalnepantla, explicó que uno de los fines de este tipo de manifestaciones públicas es concientizar a la gente sobre la necesidad de ser solidario con el dolor de los otros, y movilizarse para detener la violencia.
Muchas veces pedimos por nuestras emergencias y prendemos una veladora, pero no lo hacemos en común y nunca lo hacemos por otros. Al reunirnos las iglesias, hacemos que la gente vea que no nos importa cómo conocemos a un dios, sino la oración comunitaria, que la paz reine, que regresen muchos de nuestros hermanos por esta guerra que comenzó el gobierno federal
, aseveró el religioso en entrevista con La Jornada.
Ávila anunció, finalmente, que durante la época en que se realizará el cambio de administración federal en el país, los grupos religiosos llevarán a cabo una Semana por la Paz, en el marco de la cual harán una peregrinación simbólica desde varios puntos de la ciudad hacia el Zócalo capitalino.
No le toca a la Iglesia establecer la justicia, pero tampoco quedarse ajena frente al dolor
, indicó.