Libro del artista
Presentaron Cuatro décadas del rostro de la plástica 1972-2011
Sábado 22 de septiembre de 2012, p. 5
Con más de 40 años de trabajo constante, Rogelio Cuéllar asegura que la fotografía le permite expresar sus emociones y compartir sus querencias. El gesto o el accidente creativo son partes necesarias de mi trabajo. Me interesa mucho publicar en periódicos, revistas y aspiro a un buen libro de 500 fotografías
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Al presentar el libro Cuatro décadas del rostro de la plástica 1972-2011, catálogo de la exposición que presentó en el Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán y en la Universidad Autónoma Metropolitana de Iztapalapa, el fotógrafo y fundador de La Jornada, explicó que las imágenes del volumen son una pequeña muestra de los artistas que han desfilado ante su cámara.
Este libro presenta los espacios, los paisajes donde trabajan los artistas, lo que enriquece mucho la imagen, pero también me he dado cuenta de las grandes ausencias, a los que no he fotografiado.
El volumen incluye más de 100 imágenes: rostros, actitudes y expresiones de artistas plásticos, quienes entablaron una relación con Cuéllar mediante la mirada. En los retratos de los creadores, no existe la fotografía construida, Rogelio capta lo cotidiano y familiar: Las personas que fotografió logran verse a través de mis retratos
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A lo largo del libro aparece la hermosa y transparente mirada azul de Arnold Belkin, los seis ojos y una boca de la obra de Leonora Carrington; el rostro de Guillermo Ceniceros, con mirada inquisitiva; la inteligente mirada de Alberto Gironella, la perdurable sonrisa de Phil Kelly en medio del laberinto de su creación.
Misterio alquímico
En la Casa Rafael Galván de la UAM, donde se presentó el volumen, el artista Gustavo Monroy señaló: “Rogelio exige la mirada como un gitano exige la mano para leer el destino. Un segundo le basta para emulsionar el alma, convertir la vanidad en naturalidad, reducir el personaje a la esencia de lo que es.
El retrato encierra el misterio alquímico de lo que para Rogelio es el lenguaje de la fotografía. Esa maravillosa llave mágica para decirlo en sus propias palabras. Son muchas cosas como se puede revivir en un retrato de Cuéllar.
Monroy comentó que las imágenes del libro son el resultado de 40 años de convivencia y amistad de los artistas con el fotógrafo. Cada retrato es seleccionado entre decenas de tomas y de diversas etapas en la vida del artista. La obra de Rogelio es como la buena cocina, como los buenos vinos, fotógrafo de buena cepa.
Andrés de Luna, en su intervención, señaló que en los retratos de Cuéllar encuentra esa ilusión que logra rescatar la presencia del personaje. A estos creadores, Rogelio les ha dado una presencia a través de estas imágenes
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Subrayó que el fotógrafo tiene la virtud de comunicarse con la mirada y establece un diálogo con el personaje. Rogelio es un maestro del retrato que rompe con la máscara, el rostro habitual del artista para relajarla y conseguir lo que quiere
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Actualmente Cuéllar, con La Cabra Ediciones, prepara la edición de los libros El rostro de la plástica y El rostro de las letras; asimismo, con el apoyo de la UAM Xochimilco realizará un libro sobre desnudos.