El arquitecto Teodoro González de León, melómano, amante de la poesía y apasionado de la historia, fue distinguido la noche del miércoles con la medalla de Bellas Artes, máximo galardón que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a los creadores que destacan por sus méritos artísticos.

González de León recibió el reconocimiento de manos de la titular del INBA, Teresa Vicencio, en el auditorio del recién remodelado Museo Tamayo Arte Contemporáneo, edificio diseñado por el galardonado junto con Abraham Zabludovsky.

En el acto y en compañía de los arquitectos Francisco Serrano, Jorge Gamboa y Miquel Adriá, Teodoro González de León (DF, 1926) expresó: “Recibo el premio con emoción, es una distinción que me honra y me alienta para seguir enfrentando el presente. No exagero al decirles que todos los días, desde hace 65 años la arquitectura está presente en mi mente en alguna forma, siempre como un arte.

Siempre la pensé como la hermana mayor de las artes plásticas. Diez años antes ya pintaba y hacia grabados; la música me invadió al mismo tiempo que la escultura y poco a poco sentí que música, escultura, pintura, grabado y arquitectura se retroalimentaban.

El homenajeado sostuvo que la arquitectura se convirtió en una forma de vida y la práctica con otras disciplinas artísticas. Explicó que las artes plásticas han cambiado, “porque el futuro lo hacemos todos enfrentándonos al presente.

Confieso que nunca he pensado en el futuro, ignoro la arquitectura que haré en los años que me quedan, vivo enfrentándome al presente con la memoria del pasado inmediato e histórico. El único bagaje que tenemos para enfrentar el presente es el conocimiento profundo del pasado.

Ciudadano del mundo

Al finalizar su intervención, el arquitecto fue ovacionado de pie por sus amigos, colegas y autoridades culturales que acudieron al museo Tamayo para celebrar la trayectoria creativa de González de León, quien ha realizado obras como la Casa Catán, el Museo de Arte Contemporáneo, El Colegio de México, el Fondo de Cultura Económica, la Universidad Pedagógica Nacional y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.

En la ceremonia, Felipe Leal, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda del Distrito Federal, subrayó las virtudes del arquitecto galardonado, a quien definió como un pensador, un hombre de cultura y ciudadano de mundo.

Señaló que el gobierno capitalino en colaboración con el INBA presentará una iniciativa para declarar como Patrimonio Paisajístico Urbano de la Ciudad de México, tres obras de González de León: El Colegio de México, El Fondo de Cultura Económica y la Universidad Pedagógica Nacional.

Leal argumentó que las obras de González de León se pueden relacionar por su armonía y orden con el paisaje, además de que se crearon espacios arbolados que exaltan las características del Pedregal.

Para Miquel Adriá, la historia de la arquitectura del siglo XX y XXI no puede ser narrada sin la obra de González de León, ya que contribuyó a definir el tejido urbano de buena parte de la República.

“Teodoro –agregó Adriá– no sólo es un arquitecto urbanista, pintor y escultor, sino también es un gran promotor de la arquitectura, entendida como un fenómeno cultural.”