Inauguran en Madrid exposición del artista al lado de poemas de José Emilio Pacheco
Tardé más de 10 años en atreverme a explorar los textos del autor, expresa
La tristeza detrás del payaso es un detonante de la creación artística, dice la escritora Bárbara Jacobs
Viernes 21 de septiembre de 2012, p. 4
Madrid, 20 de septiembre. El circo significó para mí apropiarme de unas imágenes visualmente muy atractivas, luces y sombras en movimiento
, explicó, vía correo electrónico, el artista Vicente Rojo a La Jornada con motivo de la inauguración, en la Galería Feijo Fine Art de Madrid, de su exposición Circos.
La muestra es un reflejo del diálogo noctámbulo y melancólico entre el poeta José Emilio Pacheco y el artista de origen español, pero residente en México desde hace décadas.
Son maquetas escultóricas y arquitectónicas que se inspiran en el momento en el que el circo calla. Cuando se apagan las luces del escenario y los habitantes de ese mundo de fantasía y enigmas se van a dormir.
Esa idea y los poemas de Pacheco alusivos al circo, integrados en gran parte en el poemario El silencio de la luna, despertaron en el artista hispano-mexicano una serie de piezas con vida propia, pero que al mismo tiempo forman un universo de alegrías, recursos de niñez, llanto, risa y miedo. Sensaciones trasladadas a esas maquetas y gouaches sobre papel, que son, además, piezas únicas.
“El tema del circo significó para mí apropiarme de unas imágenes visualmente muy atractivas, luces y sombras en movimiento, más allá de lo que yo puedo recordar, no de mi infancia, sino de la de mis hijos.
“Es un paréntesis en mi actual serie Escrituras, formada por pinturas, esculturas y grabados, a partir de frases, cartas o alfabetos primitivos o secretos”, explicó el artista plástico, de 80 años y con una larga trayectoria de exposiciones en España, pero que en esta ocasión no viajó a Madrid para inaugurar la muestra.
Rojo reconoció además que su vínculo con la poesía como fuente de inspiración es añeja: “He tratado siempre de estar muy cerca de la poesía. Mi primera colaboración fue con Octavio Paz, cuando desde la India me invitó a participar con mis imágenes en sus Discos visuales. Estoy hablando de 1968. Y en estos días estoy por terminar carpetas con poemas de María Baranda y Pura López Colomé”.
En cuanto a la elección de los poemas del circo y de su amigo y cómplice intelectual, José Emilio Pacheco, explicó: “Desde que conocí los poemas de José Emilio, Circo de noche, pensé que era un tema que me gustaría desarrollar. Sin embargo, tardé más de 10 años en atreverme a hacerlo.
“El propio José Emilio me dijo en una ocasión que pensaba que esos 12 poemas eran un libro en sí mismos. Esto me animó a crear mis imágenes que, junto con los poemas, después se convirtieron en una edición que se llamó Circos y en una exposición.
“Yo sabía que no podía ilustrar los intensos poemas de José Emilio Pacheco, así que decidí hacer unos escenarios que representaran al circo después de que todos los actores ya se habían retirado. Así, llamé a mis imágenes Circo dormido que para el libro fueron fotografiadas por mi hijo Vicente, con luces nocturnas.
Proyecto añejo
Bárbara Jacobs, escritora y esposa del artista, sí estuvo presente en la exposición y destacó la importancia de este trabajo y el privilegio de haber sido testigo de su gestación. “La idea de Vicente de hacer esta colaboración con Pacheco nació hace muchos años y le estuvo dando vueltas durante más de dos décadas.
Lo que yo viví muy de cerca fue el lapso cuando se decidió a hacerla y fue un periodo muy intenso, en el que se detenía hasta que terminaba. Fue como un llamado. Algo muy especial.
Jacobs destacó la potencia de la imagen del circo para la creación artística, al citar a otros pintores que hicieron series completas con este tema, como Pablo Picasso o Auguste Macke. Es una figura muy atractiva y misteriosa, en la que están presentes la tristeza detrás del payaso, por ejemplo. Es una idea que también ha estado en el cine, en la escultura, en el teatro, etcétera.
La exposición Circos concluirá en Madrid el próximo 20 de diciembre, en la Galería Freijo Fine Art.