Al futbol no han querido perjudicarlo, dice
Hay una cacería de brujas contra Armstrong
Jueves 20 de septiembre de 2012, p. a15
Como en una revelación, Raúl Alcalá quedó atrapado por el ciclismo desde la primera vez que vio una competencia en la que corrían varios niños. En una bicicleta rudimentaria, de juguete, sin velocidades, decidió entrar en la disputa sin que sus padres lo supieran.
Tenía 13 años aquel sábado de 1977, en Monterrey, donde debutó con un triunfo y el regaño de sus mayores por desobediente. Diez años más tarde sería el primer mexicano que competía en un Tour de Francia, que además terminaba con el maillot blanco, el suéter con el que se distingue a la revelación juvenil, y finalizaba entre los 10 mejores de la vuelta de 1987.
En las dos ediciones siguientes sumaría también un par de victorias por etapas, quizá la más sufrida de todas fue la prueba de sprint, donde peleó hasta el último palmo y entró a la meta con las manos en alto.
Desde aquellos años en los que compitió en la justa gala todo ha cambiado, observa el ex pedalista, quien hoy día se dedica a promover actividades benéficas y a preservar la imagen de su deporte.
Ha sido testigo de la evolución tecnológica que ha mejorado bicicletas, uniformes, ruedas y cascos para hacer más veloces las competencias, pero también los avances en los laboratorios médicos relacionados con gran parte de los escándalos de dopaje que han manchado al ciclismo mundial.
No es el mismo que yo conocí. También ha cambiado la alimentación, los entrenamientos y la medicina, por eso se escuchan más escándalos como el de Lance Armstrong
, comenta.
Cuando escucha esos casos siente un enfado sincero, pues considera que no sólo afecta al involucrado, sino a todo el pedalismo: Imagínate que algunos trabajamos por promover el ciclismo y cuidar su imagen y otros más lo ensucian: se vuelve una difícil carga. Ellos son figuras públicas, por eso me molesta. Reciben su castigo, los inhabilitan, pero al final todos quedan manchados en el deporte
.
Considera que la situación del texano –era un joven novato en el equipo de Alcalá cuando corría para Motorola– tiene tintes personales que lo han convertido en la presa de una cacería de brujas.
El ciclismo es uno de los deportes que más ha innovado en medicina, pero otros también han tenido avances y no hay tanto escándalo. En el futbol, por ejemplo, no quieren perjudicarlo, pero al pedalismo se le ha tratado mal, por eso han arremetido contra Armstrong, donde hay otros intereses en juego
, dijo.
Hoy Raúl Alcalá mira con cierta nostalgia los días gloriosos del ciclismo nacional, prácticamente inexistente en las pruebas importantes. La razón que argumenta es que la federación mexicana de la disciplina no ha hecho su trabajo.
El ex pedalista promueve la Gran Fondo Mission Race, competencia que invita a participar a toda la sociedad sin necesidad de experiencia en ciclismo y con la posibilidad de competir con cualquier bicicleta, la cual se efectuará en Monterrey el 14 de octubre, además de que busca integrar a la ciudadanía a promover la cultura ciclista.
También tendrá fines benéficos, pues parte de lo recaudado servirá para apoyar a la organización Nuevo Amanecer, que ayuda a personas con parálisis cerebral. La información está disponible en www.missionrace.mx