Martes 11 de septiembre de 2012, p. 33
Londres. El flamante presidente ejecutivo de Barclays, Antony Jenkins, se movió con rapidez y audacia al iniciar la reforma del banco británico, tras un escándalo de manipulación de la tasa Libor, y planteó un posible recorte en la banca de inversión, con la idea de modificar una cultura criticada por su excesivo dinamismo. Jenkins, contratado hace 11 días para recomponer la reputación del banco tras una serie de escándalos, afronta la delicada tarea de equilibrar la banca de inversión, que aporta más de la mitad de las utilidades de Barclays, con el resto de las operaciones del grupo. El nuevo presidente ejecutivo dijo que la banca de inversión tiene un lugar central en del grupo, pero agregó que reducirá actividades que consumen gran parte del capital, son demasiado arriesgadas y pueden causar daños en la reputación de la entidad.