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Ver día anteriorLunes 10 de septiembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Balance de la Jornada

Los rivales del Tri y del Canelo Álvarez

Slim rompe el duopolio televisivo

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Jesús Zavala festeja con Andrés Guardado, Javier Aquino y Héctor Moreno el gol que le marcó a Costa Rica el pasado viernesFoto Reuters
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l futbol es como el boxeo: el interés es grande si el resultado es una incógnita.

Sin embargo, si ya se sabe quién va a ganar se pierde la emoción, la justicia, la esencia competitiva que debe imperar en todos los deportes.

Esta semana el pugilismo mexicano acaparará la atención como hace mucho tiempo no lo hacía, con dos de sus estandartes: Julio César Chávez y Saúl Álvarez, pero mientras el júnior enfrentará a un rival de calidad como Sergio Martínez –que podría significar la consolidación de JC o su primera derrota–, la única duda con el Canelo es saber en qué round vencerá a Josesito López.

Y conocer de antemano al ganador de una competencia es algo que rebasa el ámbito deportivo sano.

En el balompié eso sucede en España y en el Tricolor con los rivales previos al hexagonal.

En el país europeo todo está reducido, como definió Carlos Miloc, a un partido de tenis entre Barcelona y Real Madrid, y en la Concacaf es decepcionante observar el nivel al que han caído selecciones como El Salvador y Costa Rica.

La calificación al Mundial se conseguirá caminando, como definió el clásico, aunque el técnico José Manuel de la Torre, muy en su papel, lo quiera negar. El duelo del pasado viernes en San José fue un auténtico paseo, que se repetirá este martes en el coloso de Santa Úrsula.

Algunos recuerdan el aztecazo que los ticos asestaron durante la triste etapa del seleccionador Enrique Meza. Pero ahora ambos equipos están muy lejos de ser aquellos que se enfrentaron. Mientras el Tri se ha venido consolidando con su equipo mayor –más el aporte de la Sub-23 campeona olímpica–, el conjunto de Costa Rica lo único destacado que presentó fue su moderno estadio.

Como se dice, los ticos murieron de nada: sin juego y sin espíritu cayeron con goles a balón parado, precisamente una de las principales carencias del Tricolor y de los equipos mexicanos.

La pausa por la fecha FIFA sirvió a las escuadras para curar heridas o, en el caso del Querétaro, para tratar de salir del hoyo. El técnico Carlos de los Cobos se fue con una pesada losa de un empate y seis derrotas. Así que casi cualquier cosa que haga su sucesor Sergio Bueno será positiva, aunque deberá ser un auténtico mago para enmendar un equipo armado al ahí se va.

Por su parte, Jorge Vergara se apareció para decir lo que ya se sabía: es Johan Cruyff quien decidirá la permanencia o salida de John van’t Schip. Muchos dicen que los holandeses le vendieron espejitos a la pareja presidencial, pero lo que sí es seguro es que si el técnico no tuviera pasaporte extranjero ya habría sido cesado con su patético sitio 14 general.

Sin embargo, la nota se dio fuera de la cancha. En lo que sin duda será un parteaguas en la historia del futbol mexicano, el magnate Carlos Slim entró al balompie para romper el duopolio televisivo.

Hasta ahora, las televisoras que dominan el balompié se pasaban el balón de un lado a otro, siempre de acuerdo con sus intereses. Clubes como Puebla, Atlante y Monterrey pueden hablar sobre las malas formas en que fueron forzados a firmar sus contratos de transmisión.

Con la compra de 30 por ciento de los clubes Pachuca y León, Slim abrió el mercado futbolero a la televisión de paga, a Internet y quizá próximamente a la señal abierta, si así se le dan los tiempos políticos.

De destacar también son las declaraciones de dos grandes como Ramón Ramírez y Claudio Suárez, quienes admitieron que los seleccionados de antes se acomplejaban ante otros conjuntos y que ahora la mentalidad de los futbolistas es distinta.

En efecto, mucho se ha hablado del síndrome del Jamaicón Villegas, quien añoraba hasta los chiles verdes cuando salía del terruño, o de aquella definición de los ratones verdes que se espantaban al salir del agujero.

En selecciones menores ya se dio el gran salto. Ahora falta consolidarlo en un Mundial grande, pero rivales como los de la Concacaf no pueden definir el real nivel del Tri, aunque el técnico y las televisoras se esfuercen en tratar de crecer a los adversarios que, por cierto, son muy similares a los bultos a los que ha enfrentado el mediático Saul Canelo Álvarez.