Charlotte, 6 de septiembre. La noche del miércoles una joven mexicana se presentó ante más de 20 mil activistas, legisladores, funcionarios y prensa reunidos en la Convención Nacional Demócrata para declarar que era una inmigrante indocumentada, contó su historia personal, defendió al presidente Barack Obama y llamó por una reforma migratoria. Fue un momento sin precedente y casi inimaginable hasta hace poco.

En un país que padece una feroz ola antimigrante, y donde el candidato presidencial republicano y su partido adoptaron una de las posturas más antimigrantes, que una joven indocumentada se presente fue un triunfo para el movimiento de jóvenes (conocidos como los dreamers por el proyecto de ley Dream que buscan promover, y que a la vez significa sueño) que han salido de las sombras para demandar sus derechos básicos y una reforma que permita regularizar su estancia en un país que para muchos es el único que conocen.

Benita Veliz contó desde el podio que fue traída a este país cuando era niña, egresó de la preparatoria como la mejor estudiante de su generación, obtuvo una licenciatura universitaria al cumplir 20 años y yo sé que tengo algo que contribuir a mi economía y a mi país. Pero, dijo, he tenido que vivir casi toda mi vida sabiendo que podría ser deportada sólo por la manera en que llegué aquí.

Elogió al presidente por su decisión de emitir una orden ejecutiva para suspender las deportaciones de jóvenes indocumentados y otorgarles permisos de trabajo, algo que podría beneficiar a 1.7 millones de jóvenes, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos. Ella está solicitando ingresar a este programa.

Benita Veliz, activista por los derechos de los jóvenes indocumentados, durante su discurso ante la Convención Nacional Demócrata en Charlotte, Carolina del Norte, el pasado miércolesFoto Ap

Hoy, en entrevista con La Jornada y otros dos medios mexicanos, Veliz comentó que participar aquí “fue una victoria para los dreamers, un triunfo para los soñadores” y fue un honor darle voz a tantos soñadores, así como la oportunidad de ser la primera indocumentada en hablar ante un acto nacional como este. Dijo que lo que desea es que se conozcan no sólo su historia, sino la de tantos como ella, como la de un joven biólogo que por ser indocumentado trabaja en un McDonalds, otra que es maestra pero por no tener papeles se dedica a hacer ensaladas, entre otros ejemplos.

Aunque dijo estar convencida de que Obama ha avanzado y que cree en su compromiso con los inmigrantes, falta mucho trabajo, sobre todo impulsar una reforma migratoria integral. Dice que su familia –originaria de Nuevo León– está muy orgullosa de ella, que desea algún día poder ser ciudadana estadunidense y aportar más a mi comunidad.

La orden ejecutiva de Obama para la deportación diferida para indocumentados jóvenes ha tenido un impacto positivo entre la comunidad latina, y ha recuperado algún entusiasmo entre este sector que podría ser clave en la elección presidencial.