s paradójico y posiblemente algo alentador que en pleno verano, una temporada dedicada a saturar la cartelera cinematográfica con cintas de acción rebosantes de testosterona, la programación alternativa de difusión cultural de la UNAM y la Cineteca Nacional propongan primero una Muestra de Cine y Sexo llamada La mirada femenina, con cintas de corte pornográfico hechas por mujeres, e inmedia- tamente después un ambicioso festival, MIC Género, Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género, integrado por 30 largometrajes que cuestionan la tiranía de los roles sexuales y la discriminación por edad y preferencias sexuales.
Esta última muestra de cine no sólo propone una mirada feminista, sino también la exploración de campos insuficientemente analizados como la gerontofobia o etarismo (rechazo a las personas ancianas, discriminación por edad) y los límites y alcances de las relaciones intergeneracionales. Varias de las cintas propuestas han sido vistas en otros festivales fílmicos o han tenido un paso fugaz en la cartelera, otras son estrenos o novedades muy atendibles. Lo importante es destacar la importancia de programaciones opcionales muy atractivas que hoy constituyen un contrapeso indispensable a las rutinas de la exhibición comercial. Su creciente organización en sedes y salas alternas, distribuidas a lo largo de la ciudad y extendibles a todo el país, permiten augurar pequeñas grandes victorias culturales sobre la hegemonía casi total que tiene hoy en México el cine de inspiración hollywoodense.
Ante las nuevas certidumbres políticas del país, que apuntan a ahondar las viejas incertidumbres culturales, es imperativo preservar y fortalecer espacios, eventos y propuestas fílmicas como los que actualmente proliferan en el país. Una manera de hacerlo es rompiendo el círculo vicioso de recomendaciones y/o denostaciones al cine comercial, que pronto se vuelven caja de resonancia o involuntaria ampliación publicitaria de sus probados logros mercantiles. Otra más, complementaria, es difundiendo en los medios disponibles la novedad y calidad de muestras de cine que pugnen en contra del arrinconamiento cultural.
Entre los títulos que propone el MIC Género 2012 destacan los documentales Miss representation, de Jennifer Siebel Newsom, exploración muy aguda de la construcción mediática de la imagen femenina en los terrenos de la política y el entretenimiento; W.A.R. Woman, Art, Revolution, de Lynn Hershman-Leeson, revisión crítica de obras plásticas sobre sexualidad femenina a partir de una perspectiva de género en oposición al dominio masculino en el mercado del arte, y Louise Bourgeois: la araña, la amante y la mandarina, de Marion Cajori y Amei Wallach, estudio de la vida y obra de esta formidable escultora y sus perturbadoras interpretaciones de la figura y sexualidad femeninas.
La mirada crítica a la crisis y doble patrón del envejecimiento, cuyos saldos suelen ser socialmente más severos para las mujeres, son observados con perspicacia en cintas de ficción, como la española En 80 días, de José María Goenaga y Jon Garaño, crónica de una amistad entre dos mujeres septuagenarias de preferencias sexuales distintas, o en relatos de exclusión o aislamiento de ancianos que, del drama a la comedia, articulan títulos como Abrir paso al mañana, un clásico del estadunidense Leo Carey; Esperando a la carroza, exitosa comedia del argentino Alejandro Doria; la muy eficaz narrativa de la francesa Julie Bertuccelli, Desde que Otar se marchó, sobre la estrategia de engaño sentimental que hace más llevadera la crisis de senilidad de una protagonista de 90 años, la estupenda actriz debutante Esther Gorintin; o la corrosiva comedia francesa ¿Qué hacemos con la abuela (Tatie Danielle), de Étienne Chatiliez, sobre los estragos que una irrefrenable misantropía senil tiene sobre los seres jóvenes que la rodean.
Hay retratos más agudos aún de la vulnerabilidad social de los ancianos en las cintas anglosajonas Lejos de ella, de Sarah Polley, o Venus, de Roger Michell, donde la experiencia de la soledad y la enfermedad, o el inesperado desencuentro sentimental de dos ancianos, conducen a los protagonistas a estrategias novedosas de supervivencia moral y afectiva. Hay finalmente otros tres títulos novedosos: Nuestro día vendrá, de Romain Gavras, perturbador road movie con toques surrealistas y de un anarquismo de derechas, sobre la discriminación que supuestamente padecen los pelirrojos; Bella durmiente, de Julia Leigh, exploración fantástica de la prostitución femenina ligada al abuso sexual durante el sueño inducido, y Tomboy, de Céline Sciamma, incursión muy original y temeraria en una experiencia infantil donde aflora una rebelión a una tiranía de género y el primer y lento aprendizaje de una disidencia sexual.
MIC Género se exhibe hasta el 14 de septiembre en el Centro Cultural Universitario, Cine Lido y varias sedes más. Fechas, horarios y sedes: www.filmoteca.unam.mx, www.cinetecanacional.net