El disparo de 266 por ciento en las transferencias de capitales de particulares y empresas de México hacia el extranjero en cinco años y medio del gobierno del presidente Felipe Calderón en comparación con igual periodo de Vicente Fox no es un foco de preocupación, aseguró Gerardo Rodríguez Regordosa, subsecretario de Hacienda y Crédito Público.

La salida y entrada de capitales son decisiones de los actores económicos y la balanza externa del país hoy es más sana que nunca, no vemos ningún tipo de desequilibrios, puntualizó. Catalogó de natural y propio de la evolución de los negocios que mexicanos inviertan en el extranjero porque forma parte de la globalización.

¿No existen suficientes condiciones para retener esos capitales en el país?

Yo creo que para que la gente invierta hay que preservar un tono de libertades, que la gente decida. El gobierno no va a decidir por las empresas dónde poner su dinero y la propia libertad en la decisión de los individuos y de las empresas en todos los sentidos es lo que nos da una economía más fuerte, dijo en entrevista.

La deuda, en nivel bajo

Este sábado, La Jornada reportó que la balanza de pagos que da a conocer el Banco de México revela que entre diciembre de 2006 y junio de 2012, empresarios y particulares mexicanos enviaron 145 mil 10 millones de dólares al extranjero, como depósitos en bancos e inversiones en negocios. En el gobierno de Fox la transferencia fue de 39 mil 614.8 millones de diciembre de 2000 a junio de 2006, lo que implica que el monto de dichas operaciones se elevó 266 por ciento con Calderón.

Rodríguez Regordosa participó ayer en el ciclo de conferencias Economía en mangas de camisa del Museo Interactivo de Economía (MIDE) y ante un centenar de asistentes, en su mayoría estudiantes y profesores pero también jubilados y pensionados, enlistó las que el gobierno considera fortalezas de la economía mexicana, como la estabilidad y apertura comercial.

Al finalizar su ponencia, al subsecretario también se le preguntó en entrevista sobre el incremento en la deuda pública, sobre la cual la Auditoría Superior de la Federación (ASF) indicó que llegó a 5.5 billones de pesos hasta 2010, último año analizado. Ello implica un aumento de 68 por ciento entre 2006 y 2010 y equivale a 42 por ciento del producto interno bruto (PIB), cuando el Fondo Monetario Internacional recomienda que no supere 30 por ciento en los países emergentes. La deuda pública, según cifras de la ASF, se incrementó a una tasa nueve veces superior al crecimiento de la economía que sólo fue de 0.9 por ciento anual en el cuatrienio mencionado.

Sin embargo, Rodríguez Regordosa sostuvo que el nivel de la deuda es bajo; se ha mantenido relativamente estable con un ligero crecimiento. Tiene una estructura mucho más sólida hoy y eso hace a México fuerte.

Es, abundó, relativamente baja comparada con otros países ya que, aseguró, representa 26 por ciento del PIB y la deuda ampliada llega a 35 o 36 por ciento. Hemos tenido algún incremento con la reforma del Isssste, donde se asumió de una sola vez el estímulo contracíclico que se puso durante la crisis, explicó.

Al respecto, Bruno Ferrari, secretario de Economía, entrevistado por La Jornada durante la semana, sostuvo que aún cuando la deuda pública sea mayor ahora es manejable y se debe analizar respecto de las reservas que se tienen. Un país, dijo, se puede endeudar más cuando tiene mejor situación económica y si puede adquirir créditos, que son buenos, debe hacerlo, porque puede pagarlos, lo malo es cuando no puede.

Ferrari rechazó que las administraciones panistas hayan incurrido en el mismo error de dejar endeudadas a las futuras generaciones, como durante la campaña electoral criticó a los gobiernos priístas por hacerlo. No es lo mismo, dijo, porque ahora se les están heredando recursos para el manejo de esa deuda, no es inmanejable como la que se heredó anteriormente, estamos hablando de circunstancias muy distintas.