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OaxacaEl nuevo viejo PRI
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FOTOS: Movimiento Progresista |
Comentario aparte merecen los pueblos indígenas como San Mateo del Mar y San Juan Jaltepec Yaveo que impidieron el establecimiento de casillas, argumentando que sus demandas no han sido atendidas y que los políticos sólo se acercan a ellos para hacerles promesas cuando quieren sus votos. Y sin lugar a dudas, una señal alentadora es el creciente movimiento de los jóvenes istmeños que se identifican con el movimiento #YoSoy132, el cual da señales de vida en Salina Cruz, Matías Romero, Tehuantepec y en Juchitán y que, por su posición, puede convertirse en la nueva generación de dirigentes y activistas istmeños que desplace a los viejos líderes que han medrado y antepuesto sus intereses personales; una nueva generación que recupere la añeja pero vigente demanda de autonomía para el Istmo. Sin lugar a dudas agua fresca, en medio de un tiempo de sequías y abandonos.
Así en el Istmo, donde a pesar de triunfos o fracasos, de violencia caciquil o maniobras partidistas, la fiesta sigue y seguirá pues sin fiesta el Istmo no es el Istmo.
Salud
FOTO: Lourdes E. Rudiño |
Lourdes Rudiño
Durante la campaña electoral, el presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Gerardo Sánchez García, ofreció a Enrique Peña Nieto diez millones de votos de sus afiliados para apuntalar su candidatura.
En los hechos, la CNC –central emblemática del campo surgida en 1938 bajo los auspicios del PRI, entonces Partido de la Revolución Mexicana– aportó ocho millones de sufragios, de acuerdo con Jaime Alcántara, secretario de Acción Política de la organización.
El faltante se debió, explica, a una insuficiente presencia de cenecistas en la observación de las casillas, lo cual fue particularmente evidente en las zonas rurales del Distrito Federal (DF). Pero también el comportamiento de las encuestas –con un declive de Peña Nieto previo al 1 de julio– hizo mella en el ánimo de los votantes rurales, y además la CNC reconoce que el PRI no ha logrado recuperar apoyo en algunos espacios, como el propio DF, desde los descalabros electorales que sufrió la década pasada.
Respecto de la vigilancia en las casillas el 1 de julio, Alcántara centra su queja en lo ocurrido en el DF. Aquí, dice, predominan “una antiética brutal, un descaro absoluto en materia electoral, un clientelismo brutal como no creo que exista en ninguna otra parte del país”, y los miembros de la CNC sufrieron muchas dificultades, incluso agresiones, y “a un buen porcentaje de nuestros representantes no los dejaron llegar a las casillas”.
En entrevista, Alcántara explica que, dado que Beatriz Paredes Rangel, quien fue candidata priista al gobierno del DF, ha sido también líder de la CNC, las oficinas de esta organización fueron el centro de recepción de toda la documentación generada por el PRI en el DF, y “no sólo de áreas rurales, sino en general, llegaban y nos comentaban cómo gente del PRD, sin recato alguno, entregó dinero (a votantes en las casillas) frente a todos los demás. Cosas como éstas fue a lo que nos enfrentamos y de alguna manera también tenemos la culpa por no haber previsto estas situaciones”. La CNC comenzó a documentar las irregularidades, pero “a la mera hora decidimos no impugnar, pues Beatriz Paredes, por decencia política, decidió aceptar sin reclamo y ante las cámaras de televisión los votos que recibió, y eso nos afectó muchísimo (…) Lo único que hicimos con los reportes fue una especie de libro blanco”.
Comenta que la CNC tenía los cuadros y estructuras suficientes para lograr la meta de diez millones de sufragios (con presidentes de ligas, dirigentes locales de la CNC y con estructuras para movilización, representación ante el PRI y vinculación social), pero la competencia electoral fue “brutal”. Inicialmente, con las encuestas conocidas, “que son las fotografías del momento”, y que daban a Peña Nieto una ventaja de 20 puntos sobre su inmediato contendiente, “tuvimos reportes en algunos estados como Oaxaca, Sinaloa y Tlaxcala, donde la gente estaba eufórica, y nosotros les pedimos que no se confiaran (…) La ventaja se redujo a seis o siete puntos y todo eso vino dañando el ánimo del electorado e hizo que sufriéramos bajas en el voto rural”.
FOTO: Hernán García Crespo |
Alcántara admite que el PRI en ciertos lugares es débil, lo cual contribuyó al déficit de sufragios ofrecidos por la CNC. “En el DF, desafortunadamente, el partido no ha logrado entrar de lleno a todos los lugares por las razones propias de una derrota como la que se nos dio en 1997”. Señala que para el PRI es un reto enfrentarse a candidatos que son ex priistas, pues “se llevaron el prestigio que ganaron en nuestro partido; también contactos, información que acopiaron desde dentro; relaciones de gente que puede ayudar para muchas cosas; sus liderazgos, incluso apoyos económicos, y como además conocen a nuestra gente nos hacen verdaderos agujeros que a nosotros se nos complica cubrir por lo menos en el mediano plazo. Esa es la razón por la que entidades como Chiapas; DF; Zacatecas, en el momento de (Ricardo) Monreal, resulten difíciles de recuperar (…)”.
Jaime Alcántara hace una retrospectiva: señala que luego de 70 años de gobernar, el PRI comenzó a tener errores en el sistema político y ello propició que el PAN le arrebarata la Presidencia en 2000, y las pérdidas en el DF y ciudades importantes, como Manzanillo, Mazatlán, Veracruz y Acapulco; eso ocurrió “porque en las ciudades es donde hay más información”. El campo se mantenía entonces todavía votando por el PRI debido a que “teníamos más o menos paz social, no había la migración tan bárbara como ahora, no había delincuencia y había instituciones y programas sociales no asistencialistas que permitían que el campesino viviera y trabajara bien, como Banrural, Conasupo, Liconsa, Coplamar…”. Esto se fue desmembrando. Para en las votaciones intermedias posteriores al 2000, “comenzamos a recuperar ciudades, porque éstas se dieron cuenta de que la alternancia, la democracia electoral plena no garantizaba una mejora en el nivel de vida de la gente. Pero empezamos a perder el campo y de allí se derivó en parte que en 2006, con Roberto Madrazo como candidato a la Presidencia, el PRI cayera al tercer lugar, “independientemente de cómo Madrazo haya desarrollado la campaña”.
Considera que los campesinos se sintieron “momentáneamente bien” durante la Presidencia de la República en manos del PAN, con la aplicación de Oportunidades, pues este programa –que, dice, fue iniciado en gobiernos del PRI (con Carlos Salinas) como Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) y que entonces buscaba ser un complemento no una forma de vida– se desvirtuó, al generalizarlo duplicando su padrón, y al hacerlo aparecer como “el principio de más programas que complementarían el gasto de los pobres”, muchos de ellos asentados en el medio rural.
Cuando llegaron las elecciones intermedias de 2009, la población rural se dio cuenta que Oportunidades y otros programas sociales no los sacaban de la pobreza y más bien desestimulaban su actividad productiva, además de no habría más de políticas públicas para mejorar su ingreso y “comenzamos a recuperar no sólo las ciudades sino también el campo”, y es que los índices de delincuencia comenzaron a crecer, la gente del campo tuvo que emigrar por la violencia y por la falta de apoyo, porque el PAN no entiende de campo, no saben qué fuerza es el campo. Esto fortaleció la presencia priista en la Cámara baja, “con 237 diputados, 30 más de los que obtuvimos ahora (…) Fue el despertar de una sociedad que le había confiado una especie de bono democrático a un partido que no supo qué hacer con él”.
El entrevistado dice que el PRI debió enfrentar en la campaña excesivas promesas de AMLO, quien por su “gran facilidad para mentir”, promovió la idea de que si se repartiera el presupuesto federal cada familia tendría 11 mil pesos mensuales. Eso “movió el piso” a muchos que no estaban decididos a favor de algún partido. “Esa demagogia no tiene valor moral y es cinismo pleno”, dice y afirma que los priistas no podían hacer ese tipo de promesas, pues ellos sabían que ganarían la contienda presidencial, tienen experiencia amplia en el gobierno y sus promesas se basan en datos duros, realistas.
Josefina Vázquez, dijo, no representó un riesgo frente al PRI en materia de voto rural, pues no presentó ofertas atractivas y además traía tras de sí los errores cometidos por el gobierno de Felipe Calderón. El problema con AMLO es que “él es de un pueblo, aprendió en el PRI y sabe perfectamente cómo se mueve la gente de pueblo, sabe que es muy fácil vender todavía en algunos lugares cuentas de plástico. Esto nos decantó parte de la votación, eso es innegable. Ello se vio en Tlaxcala, Morelos, Tabasco y DF. Pero en otros lugares, fue muy paradigmático: en Jalisco la votación estuvo muy cerrada en las ciudades, pero en el campo arrasamos. Ese estado fue uno de los mejor trabajados por nuestra gente. Puebla fue un caso similar. O sea que hubo partes del país que trabajamos muy bien y otras que a pesar de haberse trabajado tuvieron el efecto de una personalidad como lo es AMLO, que determinó que la votación fuera en nuestra contra”. En Oaxaca, señala, el PRI perdió debido a la estrategia seguida por el gobernador Gabino Cué contra su antecesor priista, Ulises Ruiz. “No lo estoy defendiendo (a Ruiz), no sé si es culpable o no, pero sí sufrió un martilleo continuo de acusaciones de haber transado dinero público”. En el caso de Guerrero, las pérdidas del PRI se debieron a la operación del gobernador del estado, Ángel Rivero, quien, debido a sus antecedentes priistas “le resultó muy sencillo conocer a los principales líderes” e impulsar la candidatura de AMLO.
Fernando Celis Callejas
Asesor de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC)
Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Guerrero e Hidalgo, donde está 95 por ciento de los productores registrados en el Padrón Nacional Cafetalero –y que a la vez son los estados con mayor número de pobres y de población rural en el país– otorgaron 37.25 por ciento de sus votos de la elección presidencial al candidato del PRI-Verde Ecologista, Enrique Peña Nieto (EPN); 34.85 al del Movimiento Progresista (MP), Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y 23.28 a la panista Josefina Vázquez Mota (JVM).
De este dato destaca:
1) La fuerte votación a favor del Verde Ecologista en Chiapas, con 397 mil 621 sufragios, esto es un monto mayor a la diferencia entre EPN y AMLO en los estados considerados. El descontento hacia la candidata del Movimiento Progresista (MP) en Chiapas, María Elena Orantes, mermó los votos para AMLO.
2) Resultó muy alta la votación a favor de JVM en Veracruz; fue casi 10 por ciento superior al promedio en el conjunto de los estados mencionados; ello, debido a la debilidad del gobernador priista Javier Duarte –después del desastre que dejó Fidel Herrera– y a que el Partido Acción Nacional (PAN) pudo manejar con facilidad y a su favor programas asistencialistas como Oportunidades.
3) En Guerrero y Oaxaca, la votación fue más alta para AMLO. En los estados donde gobierna el PRI –igual que en Puebla, donde el gobierno local, de filiación distinta, orientó el voto a favor del PRI– Peña Nieto fue muy favorecido.
4) En Veracruz se dio la mayor competencia. En las semanas previas a la elección, EPN iba en tercer lugar. Desde la campaña nacional el PRI tuvo que montar una operación con muchos recursos, personal de otros estados y acuerdos especiales con las dirigencias sindicales de maestros para lograr más votos; aun así, quedó en segundo lugar.
Destaca que en la región norte de Veracruz –que es más rural, representa sólo 25 por ciento de los votantes del estado y en los años recientes ha sido influida por grupos del crimen organizado ligados a políticos priistas y panistas– se registra el 95 por ciento de la diferencia de votos entre EPN y AMLO y cerca de un 70 por ciento de la ocurrida entre JVM y AMLO.
De la estadística de la votación en los distritos cafetaleros destaca:
1) El PAN obtuvo una votación muy alta en el centro de Veracruz. Influyó el hecho de que muchos cafeticultores anti-priistas que también rechazaban a candidatos locales del MP prefirieron votar por el PAN en la elección.
2) Buena parte de los votos del PAN en los estados cafetaleros se obtuvieron en distritos como Tapachula, Tuxtepec, Teziutlán, Córdoba, Orizaba, Martínez de la Torre y otros, que tienen más población urbana que rural.
3) En las regiones cafetaleras votó el 65 por ciento de los electores, y no más de 12 por ciento lo hicieron a favor del PAN. Este rechazo al PAN ocurrió porque durante sus dos sexenios en ocho años el café registró precios muy bajos y la prioridad del recurso público fue apoyar a trasnacionales e intermediarios, los cuales castigan los precios en muchas regiones. Además en los dos años recientes el gobierno federal retiró el apoyo del programa Fomento Productivo a muchos cafetaleros.
4) En los principales distritos cafetaleros de Chiapas, el voto al Verde Ecologista inclinó la balanza a favor del PRI.
5) Es evidente que desde los gobiernos estatales y la campaña nacional del PRI se invirtieron muchos recursos para obtener votos en regiones cafetaleras de Hidalgo, Puebla, Chiapas y algunos lugares de Veracruz.
Algunas conclusiones: López Obrador pudo haber ganado con cierta holgura las elecciones en las regiones cafetaleras, pero influyeron negativamente aspectos tales como: la gran cantidad de recursos y maniobras de operadores del PRI; el rechazo hacia algunos candidatos del MP en Chiapas, en el centro de Veracruz y en otras regiones; la libertad que tuvieron políticos panistas para utilizar Oportunidades y otros programas en el centro de Veracruz y otras zonas, y la constante difusión en medios electrónicos y escritos de las encuestas que daban una ventaja arrolladora al candidato del PRI.
Es importante considerar que en la cultura político-electoral de muchos campesinos y de grupos en comunidades y ejidos todavía pesa mucho la decisión de votar por quien se considera que va a dar apoyos, por quien ya gobierna o por quien se prevé que va a ganar. Es evidente que muchos campesinos quisieran recuperar condiciones de los años 70s y 80s, cuando había mejores precios agrícolas, incluso precios de garantía; fertilizantes baratos, y créditos del Banrural que en buena parte no se pagaban: Piensan que eso puede regresar con el PRI.
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