La nueva estrategia de seguridad pública para el país se basará en la colaboración eficaz entre los tres niveles de gobierno para terminar con el reparto de culpas, estableció Enrique Peña Nieto, ganador oficial de las elecciones presidenciales, al reunirse ayer con alcaldes electos emanados de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Ya no es tiempo de ver en el retrovisor, sino más bien de dejar atrás lo que no se hizo. Es la oportunidad para construir hacia adelante’, pues con presidentes municipales fuertes tendremos un México más fuerte, señaló. Insistió en que una vez transcurrida la competencia electoral, es menester ocuparse en modernizar las instituciones.

Peña Nieto se dispone a ampliar en breve su propuesta en materia de seguridad y de rearticulación de los esfuerzos del gobierno para brindar seguridad pública a los ciudadanos. La intención es lograr acuerdos compartidos y donde cada nivel de gobierno asuma sus responsabilidades y tareas.

Cuando hace apenas cinco días fue asesinado Édgar Morales Pérez, alcalde electo de Matehuala, San Luis Potosí –y a quien nadie mencionó en esta ceremonia–, Enrique Peña convino en el agravamiento del problema de la inseguridad y consideró fundamental hacerse de una estrategia para cumplir como gobierno con esta obligación irrenunciable.

El del pasado primero de julio –porfió– fue un proceso democrático, inédito y ejemplar, y si bien es válido y legítimo marcar diferencias de la propuesta electoral durante las campañas, cuando se triunfa estamos obligados a gobernar para todos.

En este encuentro intervinieron también el presidente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell; el alcalde de Boca del Río, Veracruz, Salvador Manzur, presidente de la Federación Nacional de Municipios de México, y la presidenta municipal electa de León, Guanajuato, Bárbara Botello, ciudad reconquistada por el PRI tras 24 años de administraciones surgidas del PAN.

Joaquín Coldwell hizo una detallada exposición del desarrollo histórico de la institución municipal en México, pero ante todo pidió a los nuevos munícipes hacer de sus ayuntamientos una casa abierta y transparente y a ser honrados y eficaces.

El propio Peña Nieto admitió la existencia de un debilitamiento de la institución municipal y refrendó su compromiso con los alcaldes del país de ser un presidente aliado permanente para trabajar de manera propositiva con ellos, en beneficio de los mexicanos.