Viernes 17 de agosto de 2012, p. 25
Bagdad, 16 de agosto. Una serie de ataques con explosivos sin un objetivo político claro causó la muerte de por lo menos 70 personas en nueve localidades de Irak; se vieron afectadas las minorías kurda y sunita, los musulmanes chiítas –que son mayoría–, policías y militares.
Los atentados ocurrieron a unos días de la fiesta del Eid alm Fitr, la semana próxima, que marca el fin del Ramadán, mes sagrado de los musulmanes, que las organizaciones armadas de islamitas de Irak han aprovechado para denunciar la invasión y la ocupación occidental de 2003.
La detonación de bombas ocurrió en un barrio del norte de Bagdad; en Taji, al norte de la capital; en Dakuk y Kirkuk, ambas en la provincia de Kirkuk, en el norte del país; en Al Garma, al oeste de Bagdad; en Tuz Khurmatu, Dib, Bakuba, y en Mosul.
A pesar del notable incremento del patrullaje militar y policial, durante el Ramadán han fallecido 190 personas en agresiones a civiles y uniformados, lo que se suma 325 abatidos en julio.
Ninguno de los atentados perpetrados este jueves fue reivindicado, no obstante que la rama local de Al Qaeda, a la que el ejército de Estados Unidos y el gobierno iraquí ven asociada con los sunitas, se adjudicó acciones durante junio y julio.
El incremento en los hechos de violencia política se ha dado en la medida que crece la rebelión en Siria, según expertos en temas de seguridad consultados por la agencia británica de noticias Reuters.