Jueves 16 de agosto de 2012, p. 33
Nuevo Laredo, Tamps. Una niña de cuatro años fue expulsada de un jardín de niños local debido a que sus padres son dueños de un salón de tatuaje, y su padre, Julio César Acosta, tiene varios tatuajes. Acosta y su esposa, Neyda Valenzuela Pérez, presentaron ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos una queja contra el plantel por discriminación. La pareja indicó que al enterarse de la decisión de la directiva del plantel, pidieron una junta con todos los padres de familia del kínder, la cual les fue negada con el argumento de que ellos pidieron la expulsión de la niña.