Amiens, 14 de agosto. Enfrentamientos entre un centenar de jóvenes y la policía dejaron como saldo 16 efectivos heridos y destrozos durante la madrugada del martes en la ciudad de Amiens, al norte de Francia. La violencia generada aparentemente por el descontento ante los controles policiales a los que son sometidos los residentes, provocó un duro rechazo del presidente francés, el socialista François Hollande.

Según la prefectura local de la Somme, el lunes por la noche un centenar de jóvenes reunidos en el barrio de Amiens Norte –una de las 15 zonas de seguridad prioritarias del gobierno– acosaron a las fuerzas del orden que vinieron a imponer la seguridad en el barrio, después de los enfrentamientos del domingo por la noche.

Unos 16 policías resultaron heridos por disparos de perdigones y proyectiles lanzados con morteros.

Las fuerzas del orden respondieron con gas lacrimógeno y balas de goma sin causar heridos, señaló la prefectura.

Amiens Norte ha sido escenario habitual de disturbios pero nunca de esta gravedad con tres edificios públicos destruidos, indicó el alcalde Gilles Demailly.

Según las autoridades, los jóvenes prendieron fuego a vehículos y a contenedores de basura y devastaron un colegio antes de ser incendiado. La policía tardó varias horas en controlar la situación.

Estos incidentes ocurrieron luego de los disturbios del domingo entre habitantes del barrio y la policía, que realizó un control vial en el cual los jóvenes se sintieron tratados de forma injusta, según la radio Europe 1.

Hollande reaccionó cerca del mediodía y prometió aplicar todos los medios del Estado para luchar contra la violencia, así como emplear todo su poder para restaurar el orden en la ciudad de Amiens.

A su vez, el ministro del Interior, Manuel Valls, consideró que la violencia es inaceptable y visitó la región, unos 150 kilómetros al norte de París, el martes por la tarde.

La alcaldía de la ciudad calculó que los daños rondan por un millón 200 mil dólares.

En muchos suburbios franceses la tensión es alta debido a las escasas perspectivas laborales, la discriminación racial y la fuerte hostilidad hacia la policía.