El motivo de la reunión fue celebrar 32 años de que el grupo Recuerdos del Son se fundó. El lugar fue el foro del Sindicato Único de Trabajadores de la Música, aledaño al Metro Taxqueña. Los asistentes: allegados al conjunto y uno que otro sonero enterado del ágape.

Jorge Barrientos, fundador del conjunto, que ahora sólo actúa en fiestas o en algún acto especial, se encargó de la relatoría de lo vivido en esas poco más de tres décadas.

Las remembranzas se centraron principalmente en el Bar León –ya parte de la historia–, que se localizaba en Brasil 5, donde Recuerdos del Son se dio a conocer. Fue punto de encuentros y desencuentros para los amantes del género.

Barrientos lamentó que, por disposición de las autoridades –en cuanto a la aplicación de reglamentos, que calificó de absurdos–, lugares como el Bar León ya prácticamente no existan en la gran metrópoli y que en los que quedan se favorezca al filarmónico extranjero sobre los buenos atrilistas mexicanos.

Que se abran espacios en los que se cultive el son, la música que llevamos todos, clamó Barrientos.

Recuerdos del Son se presentó por vez primera ante el público el 26 de julio de 1980, en el patio de la Escuela de Diseño y Artesanías, en La Ciudadela, en un festival de música afroantillana, auspiciado por Radio Educación y el promotor Armando Cárdenas.

En esa época eran siete los integrantes del grupo; en el festejo de aniversario desfilaron poco más de un veintena de quienes alguna vez tocaron con la orquesta, que llegó a tener hasta 16 integrantes.

De los que antaño formaron parte de la agrupación sobresalió Martha Ventura por su portentosa voz, que conserva para dicha de los seguidores soneros, como demostró en la fiesta cuando tomó el micrófono.

Eduardo Ortiz fue uno de los participantes de la nueva época; le pega, y bien, tanto a las tumbadoras como al teclado.

Para la supervivencia del son, Barrientos imparte cursos y tiene algunas publicaciones, que van desde el método del tres cubano hasta folletines de músicos y sobre los impuestos.