El presidente del Senado, José González Morfín, aseguró que antes del 30 de agosto, cuando concluye la legislatura, estarán listas las auditorías a la sede de Reforma e Insurgentes y se harán los ajustes necesarios sobre el costo de la obra, que en conjunto ascendió a más de 4 mil millones de pesos.

Subrayó que en el caso de la construcción y equipamiento, los costos se incrementaron en 54 por ciento, ya que originalmente se presupuestó en cerca de mil 700 millones de pesos, pero tuvo alzas en los últimos seis años y quedó en más de 2 mil 600 millones, debido sobre todo a un tema que nunca fue considerado, que era la actualización tecnológica.

Por separado, el coordinador de los senadores del Partido del Trabajo (PT), Ricardo Monreal, quien presentó en la pasada sesión de la Permanente la petición de que se proporcione un informe pormenorizado de la entrega-recepción del edificio, dijo que deberán fincarse responsabilidades por lo oneroso de la obra y sus muchas deficiencias.

Detalló que la semana pasada el sótano 4 se inundió por la lluvia y que no dejan de presentarse fallas constantes. En la auditoría, insistió, debe quedar claro por qué los responsables del proyecto –uno de ellos Banobras– permitieron la compra de materiales de construcción y muebles en el extranjero.

En entrevista aparte, el panista González Morfín hizo notar que con la publicación del libro blanco, a cargo del fiduciario Banobras, se pretende hacer transparente todo. Se han hecho, insistió, incluso auditorías técnicas, que van a quedar concluidas antes del último día de agosto.

Dijo que confía en que en los próximos días concluya el proceso de entrega formal del edificio. La próxima semana habrá una reunión del Comité Técnico del Fideicomiso para la Construcción y Equipamiento de la sede, donde se informará del finiquito a la constructora, los ajustes a los costos y las multas que seguramente se tendrán que aplicar.

Será Banobras, insistió, el responsable de los ajustes económicos para determinar el costo final del complejo arquitectónico de Paseo de la Reforma.

Contra las opiniones de legisladores como Monreal, el priísta Francisco Labastida o la perredista Yéidckol Polevnsky –quienes criticaron en meses recientes las fallas y lo poco funcional del edificio–, González Morfín dijo que como responsable de haber echado a andar esa obra –a partir del 2006– considera que con el paso del tiempo se encontrará su justificación.

De entrada, dijo, por primera vez la nueva legislatura podrá llevar a cabo sus tareas y responsabilidades en un solo lugar y no como arrancamos nosotros hace seis años, trabajando en nueve distintos edificios. Hay ahorros evidentes, dijo, en el pago de renta.