Damasco, 10 de agosto. El ejército de Siria frustró este viernes un ataque de grupos insurgentes armados contra el aeropuerto internacional de la provincia de Alepo, en el norte del país, mientras continuaron los combates, que dejaron saldo de 10 muertos. La Organización de Naciones Unidas (ONU) informó que hay al menos 150 mil refugiados en los países vecinos a Siria debido al conflicto, que ya lleva más de un año.

El diplomático argelino Lakhdar Brahimi será el nuevo enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a Siria, informaron fuentes diplomáticas a Reuters.

Al parecer la designación oficial se llevará a cabo la próxima semana, aunque fuentes han advertido que puede haber cambio, por las reticencias de algún país o del candidato.

Brahimi, de 78 años, ha colaborado con la organización internacional en la solución de conflictos. Así, ha sido enviado especial de Naciones Unidas para Irak, Afganistán, Sudáfrica y Haití. También ha sido asesor de la Liga Árabe.

La agencia oficial Sana no reveló detalles sobre la ofensiva, aunque indicó que las tropas confrontaron a los atacantes y abatieron a la mayoría de los hombres armados.

Según la fuente, el ejército incursionó en una escuela en el área de Hannano, Alepo, la cual fue utilizada por los rebeldes como escondite, y que muchos fallecieron y resultaron heridos. La televisión libanesa NBN TV señaló que las tropas sirias rodearon Alepo completamente y cortaron las líneas de suministro desde Turquía para los rebeldes.

Además, un obús cayó sobre una panadería, donde había una larga fila de personas, y murieron al menos 10 personas, entre ellas tres niños en Tariq Bab, barrio de Alepo.

Por su parte, en el barrio rico de Nuevo Alepo el ejército reprimió una manifestación, que se celebra todos los viernes después del rezo desde marzo de 2011, cuando empezó la revuelta contra el régimen de Assad.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, los soldados dispararon contra la gente y mataron de un tiro en la cabeza a un estudiante de 19 años.

En el barrio de Hanano, también en Alepo, un avión caza Mig 21 lanzó cuatro bombas por la madrugada contra el patio del cuartel general del Ejército Sirio Libre y sobre un inmueble de viviendas, donde hubo varios heridos.

Los exasperados habitantes lanzaron gritos contra Estados Unidos y Francia, países que, sin embargo, apoyan la rebelión. Nadie nos escucha, exclamaron.

Human Rights Watch pidió en un comunicado a las partes en conflicto que respeten las leyes de la guerra y no disparen contra los civiles ni lleven a cabo ataques indiscriminados.

El Comité Internacional de la Cruz Roja también dijo estar preocupado por la situación humanitaria en Alepo.

La ONU informó sobre el creciente número de civiles sirios que huyen de las zonas de conflicto, especialmente en Alepo, lo que llevó la cifra total de refugiados en cuatro países vecinos a casi 150 mil.

El total incluye a 50 mil 227 refugiados registrados en Turquía, adonde sólo esta semana arribaron más de 6 mil sirios, agregó Naciones Unidas.

La semana pasada hubo un fuerte aumento en la cifra (de refugiados que arribaron) a Turquía, y muchas personas provienen de Alepo y de los pueblos aledaños, expresó Adrian Edwards, vocero de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Hasta la noche del jueves había 45 mil 869 refugiados sirios registrados en Jordania, 36 mil 841 en Líbano y 13 mil 730 en Irak, donde también regresaron 23 mil 228 iraquíes provenientes de Siria desde el 18 de julio, según el Acnur, con sede en Ginebra.

En el plano diplomático, los departamentos del Tesoro y de Estado estadunidenses anunciaron nuevas sanciones contra la petrolera estatal siria Sytrol, al señalar que había provisto gasolina a Irán, y contra el grupo libanés Hezbolá.

A todo esto, Gran Bretaña dará ayuda no letal por 7.7 millones de dólares a las fuerzas rebeldes de Siria, anunció el ministro de Relaciones Exteriores, William Hague.