Sociedad y Justicia
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Aumentaron pobreza y hambre entre mexicanos: estudio de la FE

Jóvenes, orillados a reducir alimento y transporte para continuar estudios
 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de agosto de 2012, p. 41

En los tres años pasados, 12 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años vieron incrementado su nivel de precariedad económica, lo que les ha obligado a ahorrar en transporte y alimentos, para seguir estudiando, señalaron investigadores de la Facultad de Economía (FE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

David Lozano Tovar, investigador del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM), aseguró que en las familias mexicanas con ingresos menores a cinco salarios mínimos la cantidad de integrantes que deben buscar empleo ha crecido. Sin embargo, sus ingresos promedio no superan 7 mil pesos; es decir, se trabaja más y se gana mucho menos.

En cuanto a los efectos de la sequía en Estados Unidos, advirtió que por lo menos 60 por ciento de los mexicanos que trabajan en el sector agropecuario de ese país tendrán una caída de 18 por ciento en sus ingresos; mientras, el desempleo podría afectar a 24 por ciento de los migrantes.

Un estudio elaborado por el CAM sobre ingreso y gasto en hogares, que se difundirá en los próximos días, revela que el modelo económico vigente ha incrementando las condiciones no sólo de precariedad, también de pobreza y hambre entre millones de mexicanos.

Investigador y docente de la FE, Lozano indicó que no sólo aumentó la población en pobreza alimentaria que hoy debe consumir alimentos considerados basura para cubir sus necesidades familiares de comida; también se detectó que 42 por ciento de quienes acuden al mercado para comprar la canasta básica ha decidido adquirir alimentos de tercera calidad, lo que ha implicado incluso cambio de horario en las compras, pues van por la tarde, por la fruta y verdura que no se vendió o que está muy madura y se vende a precios más bajos.

El deterioro en la capacidad de compra de los salarios, explicó, ha golpeado con mucha fuerza a quienes menos ingresos tienen, pero a esto se suma la baja calidad de los productos a que tienen acceso. Detalló que cada vez son más las familias que “han reducido su consumo en luz, teléfono y gas, pero también están generando nuevos esquemas de compra.

En el caso de los productos de aseo personal, detectamos que aumentó el consumo de los de tercera calidad; incluso, algunos hogares han comenzado a prescindir de algunos, como el jabón de tocador, pues emplean un solo producto para la limpieza del hogar, la ropa y el aseo de la familia.

Este tipo de consumo, agregó, se detectó cada vez más en los cordones de miseria de la zona metropolitana del Valle de México y en los municipios mexiquenses de Ecatepec, Nezahualcóyotl y Naucalpan, donde el porcentaje de la población que se alimenta de productos considerados basura se elevó en 54 por ciento tan sólo en el estado de México, durante la administración que encabezó Enrique Peña Nieto.

Los mexicanos que enfrentan un deterioro en la calidad de la comida que consumen, indicó, hoy alcanza 8 millones de habitantes, pues quienes perciben un ingreso de uno a dos salarios mínimos sólo pueden tener una comida al día; los que alcanzan menos de cuatro salarios, se estima que adquieren 1.5 comidas, mientras que quienes ganan hasta hasta cuatro salarios mínimos, tienen recursos para dos comidas, lo que de acuerdo con la ONU, cuando la población tiene acceso a menos de 50 por ciento de la dieta diaria, enfrenta condiciones de hambruna.