Londres, 9 de agosto. La gran ofensiva asiática en los Juegos Olímpicos se está volviendo inquietante. China sigue adelante de forma impresionante con su plan de asumir la cima del medallero. Pero el avance de Corea del Sur también es sistemático. Y también Japón y Kazajstán sorprenden con sus éxitos y aspiraciones.

La relación de fuerzas se amplió en los Juegos Olímpicos de Londres. Tras 220 de las 302 competencias, prácticamente una de cada tres medallas de oro fue para Asia.

Asia tiene, como en lo político y lo económico, un papel cada vez más importante en el deporte, analizó el vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach. Hay una orientación y una concentración muy claras al rendimiento y eso lleva a focalizarse en la obtención de medallas, agregó.

La delegación china, integrada por 396 personas, avanza brillantemente con el encargo de hacerse con el mayor oro posible.

Tras lograr el primer puesto en el medallero en los Juegos Olímpicos de Pekín con 51 preseas de oro y 100 en total, la dirección del Partido dejó bien en claro el objetivo antes del viaje de la delegación a Londres.

El país quiere manifestar su grandiosidad también en el deporte y demostrar que lo de Pekín no fue casual. Los chinos participan en 23 de las 26 disciplinas de Londres. Cuando faltaban cuatro días para el fin, ya tenían 36 oros, 22 platas y 18 medallas de bronce. La televisión estatal CCTV celebra ampliamente cada metal dorado que obtienen los atletas.

China ya está acostumbrada al recelo de los rivales y también a la acusación de dopaje sistemático. Y eso que en la capital británica incluso la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) está de parte de la nueva superpotencia deportiva.

En septiembre del año pasado, la Agencia China Antidopaje (Chinada) completó la aplicación del sistema de gestión y desarrollo antidoping Adams, informó la AMA. De esta manera, los controladores al menos saben dónde están los atletas chinos.

Sin embargo, quedan preguntas sin responder.

Tras el rendimiento supuestamente inexplicable de la nadadora Ye Shiwen, de 16 años y que mejoró su marca personal en siete segundos, la prensa mundial planteó abiertamente la siguiente pregunta: ¿Planea la cúpula deportiva china hacerse con el poder por todos los medios? La respuesta oficial de atletas y responsables: entrenamiento, disciplina y una cantera de talento prácticamente inagotable en una población de más de mil 300 millones de habitantes.

Los sudcoreanos justifican su progreso con el apoyo de grupos industriales. Detrás del éxito del astro de la natación Park Tae Hwan, por ejemplo, hay todo un equipo, un fisioterapeuta, un entrenador personal y el entrenador australiano Michael Bohl.

El grupo es financiado por un prestador de servicios de telefonía móvil (SK Telecom). La meta más importante del equipo en estos cuatro años de proyecto fue convertir a Park en el mejor nadador de los 400 metros, explicó el mánager del grupo, Ahn Jee Hwan. A SK le cuesta entre mil 500 y dos mil millones de won al año (unos 1.7 millones de dólares) sostener a este equipo independiente.

Incluso disciplinas nada populares en Corea del Sur como atletismo, tiro, esgrima o lucha son impulsadas por empresas. Así, la tiradora Kim Jang Mi, de 19 años, logró oro con pistola en su debut olímpico.

Justo en la disciplina estrella de los Juegos, el atletismo, aún queda mucho por hacer, señaló el Comité Olímpico Sudcoreano, pero a cambio se avanzó mucho en la investigación científica para impulsar el rendimiento. Los sudcoreanos no sólo cuentan con el principal patrocinador del COI, Samsung, para concretar sus ambiciones.

Por medio de una fundación estatal para la promoción del deporte, se entregan generosas recompensas por los éxitos. Los ganadores de medalla tienen derecho a una renta de por vida. Un campeón olímpico de Londres recibe al mes un millón de won (unos mil dólares). En el caso de plata, son 750 mil won. Y en el de bronce, 525 mil won.

Su meta declarada –ganar al menos 10 oros y quedar en el top ten del medallero– la alcanzaron ya cuatro días antes del fin de los Juegos con 12 de oro.

Gracias a que Pyeongchang organizará los Juegos de invierno de 2018, el deporte sudcoreano recibirá otro empuje. Japón espera hacerse con los Juegos Olímpicos de 2020, para los que Tokio es considerado favorita en su pelea con Estambul y Madrid.

También en Kazajstán el Estado se presenta como un socio fuerte del deporte. Después de todo, con grandes hazañas deportivas es fácil distraer a los habitantes del país del centro de Asia de sus problemas cotidianos. Cada victoria olímpica es premiada con un cheque de casi 250 mil dólares. Hasta ahora, llevan seis medallas de oro. Al mundo occidental sólo le queda asombrarse con tanta eficiencia.