Los recuerdos de esto algún día los escribiré en un diario
Lunes 6 de agosto de 2012, p. a10
Londres, 5 de agosto. Aunque inicialmente parecía que otro nadador le robaría la gloria que alcanzó en Pekín 2008, los Juegos Olímpicos de Londres también serán recordados como los de Michael Phelps gracias a sus cuatro oros y dos platas, que lo ubican como el deportista olímpico más exitoso de la historia.
Tal vez habrá opiniones diversas, pero el Centro Acuático de Londres se rindió este sábado a una de las leyendas del deporte, quien dio una vuelta de honor el día de su despedida con 22 medallas olímpicas, 18 de ellas doradas.
El pasado viernes ganó los títulos en 100 metros mariposa, su última prueba individual, y en 4x100 combinado con sus compañeros. Así fue su final.
Los recuerdos de estos días nunca desaparecerán y alguna vez los escribiré en un diario
, dijo un conmovido Phelps, quien en los primeros días de los juegos vivió algo desconocido: derrotas olímpicas. Fue cuarto en 400 combinado y plata en 200 mariposa, su gran especialidad.
En el segundo duelo de estilos con su compatriota, amigo y rival Ryan Lochte regresó, y también obtuvo revancha en los 100 mariposa ante el sudafricano Chad le Clos. Sus últimas brazadas y patadas en el agua fueron de nuevo las de un número uno.
Termino mi carrera como quería
, señaló el deportista con más triunfos olímpicos tras superar a la gimnasta soviética Larissa Latynina, quien de 1956 a 1964 logró 18 medallas. Nada es inalcanzable
, dijo sobre su nueva marca.
Phelps fue crucial para que Estados Unidos fuera el país más exitoso en la piscina de Londres con 30 medallas, por delante de China. La mejor en el equipo femenino fue Missy Franklin, de 17 años, con cuatro oros y un bronce.
Haber conocido personalmente a Michael y ver cómo se convertía en el mejor deportista olímpico de todos los tiempos fue una inspiración
, señaló la nadadora.
También estaba conmovido Bob Bowman, técnico del llamado Tiburón de Baltinore, al señalar que los nadadores pueden ocultar sus lágrimas detrás de las gafas. Él no.
Hasta los rivales sabían que vivían un día histórico. Es un momento especial. Podremos contar que estuvimos ahí el último día de su carrera
, dijo el alemán Helge Meeuw.
En Pekín, Phelps sólo se centró en su madre para festejar sus ocho medallas de oro. Entonces, Debbie Phelps esperó a su hijo con los brazos abiertos y una cascada de lágrimas.
También en Londres fue la primera en abrazarlo. Recibió el pequeño ramo de flores azules de la ceremonia y ella le entregó a cambio una pequeña bandera de Estados Unidos.
Y con el lábaro patrio Phelps dio su última y más grandiosa vuelta olímpica de honor.