Bruselas, 4 de agosto. Groenlandia se ha convertido en el nuevo El Dorado gracias a sus yacimientos de tierras raras vitales (18 tipos de minerales valiosos para las naciones europeas) para las tecnologías más avanzadas, pero los chinos se están adelantando a los europeos, advierte el comisario comunitario de Industria, Antonio Tajaní.

Pese a que es una provincia de Dinamarca, Groenlandia se beneficia desde 2009 de una gran autonomía y tiene el control de sus recursos. Esta isla, la más grande del mundo, con 2 millones 131 mil kilómetros cuadrados, es también codiciada por proyectos en puerta, como los de la petrolera Shell, que pretende explorar y explotar sus potenciales recursos petrolíferos. Su subsuelo esconde 14 tierras raras identificadas como vitales para las nuevas tecnologías. China ostenta el monopolio de las tierras raras. Ésta y Europa iniciaron ya una abierta disputa por la hegemonía de esos recursos minerales en Groenlandia.

Las empresas de la UE están obligadas a importar el ciento por ciento de sus necesidades de estos minerales: antimonio, berilio, boro, cobalto, indio, molibdeno, niobio, platino, renio, tantalio, telurio, titanio, vanadio y un grupo de metales que comprende el escandio 21Sc, el itrio 39Y y los 15 lantánidos.

La Comisión Europea sigue de cerca este asunto de las tierras raras, metales estratégicos para la producción de artículos tan variados como bombillas LED, sistemas de motorización híbrida de vehículos, smartphones o tecnología eólica.

Tajani visitó Groenlandia el 16 de junio para suscribir un acuerdo de explotación para las empresas de la UE. El presidente chino (Hu Jintao) llegó al día siguiente, recuerda Tajani en una entrevista a la Afp. Y los chinos ya están trabajando: han comprado una empresa británica y han enviado 2 mil mineros chinos.

Mientras tanto, los europeos siguen discutiendo. Los acuerdos suscritos en junio serán examinados por los gobiernos de la UE en septiembre, según el comisario. Los europeos se compromenten a pagar a Groenlandia 35 por ciento de lo que ganen con sus concesiones, y la explotación está prevista sólo en el litoral.

Los habitantes están muy preocupados por la protección de su medio ambiente, por lo que están muy interesados en las prácticas de la Unión Europea, explican los colaboradores del comisario. Pero al mismo tiempo, Groelandia sufre la crisis y necesita dinero.

Estamos en guerra con los chinos por las tierras raras, reconoce el entorno del comisario. Este diferendo sin duda estará en la agenda de la cumbre UE-China que se realizará el 20 de septiembre en Bruselas.

China tiene prácticamente el monopolio con más de un tercio (35 por ciento) de las reservas accesibles y 97 por ciento del mercado de las tierras raras como el cerio y el litio. En la Bolsa de materias primas de Londres, son los que forman los precios, se dice en el entorno de Tajani.

La UE, junto con Estados Unidos y Japón, han llevado la política china que limita el acceso de sus recursos con una política de cuotas a la Organización Mundial de Comercio, que debe dictaminar si Pekín incumple la reglamentación internacional.

Al mismo tiempo, la UE busca diversificar sus fuentes de suministro. Para ello ha firmado acuerdos con la Unión Africana, Chile, Argentina y Uruguay, y espera hacerlo próximamente con México y Colombia.

Pero la UE también tiene otras bazas, alega Tajani. La investigación debe permitir encontrar sustitutos a las tierras raras, y una cooperación muy activa se realiza con Estados Unidos y Japón en este campo.

El reciclado es una posibilidad. Cada año, cada ciudadano de la UE bota 17 kilos de desechos de aparatos eléctricos y electrónicos. Una verdadera mina urbana, subraya su entorno. La UE podrá por fin explotar sus propios recursos. Se calcula que el valor de los yacimientos se sitúa en torno a los 100 mil millones de euros. España y Portugal también tienen grandes yacimientos.

Francia teme el antimonio, el berilio y el tungsteno o wolframio. Tenemos que salir del callejón sin salida en el que nos ha metido nuestra dependencia, insiste Antonio Tajani, que espera decisiones en el próximo consejo de ministros europeos de Industria a principios de octubre.