Logra su séptima presea olímpica; es el máximo medallista inglés
La estadunidense Kristin Armstrong conquista la prueba femenina
Jueves 2 de agosto de 2012, p. 7
Londres, 1º de agosto. El singular look del ciclista Bradley Wiggins ya se había hecho muy popular entre los británicos con su victoria en el Tour de Francia, pero el oro olímpico que logró hoy en Londres lo elevó a imagen de culto.
El ciclista se convirtió hoy en toda una personalidad del deporte británico al imponerse en la prueba contrarreloj en carretera con un tiempo de 50:39.54 minutos, con 42 segundos de ventaja sobre el alemán Tony Martin, plata, y 1:08 minutos sobre su compatriota Christopher Froome, bronce.
Wiggins, que partía como el gran favorito, se instaló así para siempre en la alta aristocracia del deporte de su país, al añadir el oro de hoy a los tres que ya tenía en pista. Suma además siete medallas en Juegos Olímpicos, lo que lo convierte en el deportista más prolífico de su país, por encima del legendario remero Steve Redgrave.
La reina Isabel ya no tendría otro remedio que conceder de inmediato el título de sir al excéntrico delgaducho de las patillas, el hombre que ha conseguido que el Reino Unido, un país casi sin tradición ciclista, muera por subirse a una bicicleta.
No puedo expresarlo en palabras. Es realmente increíble. Acabo de ganar el Tour de France. Es magnífico
, dijo Wiggins.
Hace apenas 10 días, el ciclista del Sky estaba vestido de amarillo sobre el escalón más alto del podio de los Campos Elíseos de París, después de convertirse en el primer británico en conquistar la carrera por etapas más importante del mundo.
Wiggins, que se ha convertido en toda una celebridad en el Reino Unido, compensó así la decepción sufrida por el público local el sábado en el primer día de competencias, cuando el potente equipo británico no pudo llevar a Mark Cavendish a la victoria en la prueba de fondo.
El campeón no acusó el infructuoso esfuerzo que hizo entonces para intentar controlar la carrera y llevar al sprinter a las primeras posiciones, y su victoria nunca peligró en el circuito de 44 kilómetros a las afueras de Londres.
Miles de aficionados se apostaron a lo largo del trazado en las calles de Surrey, un suburbio de casas bajas a unos 20 kilómetros del centro de Londres.
Cientos de ellos llevaban pegadas en sus mejillas las patillas recortables ofrecidas por el diario The Sun. I love my wigg
, se leía en un cartel hecho a mano por un grupo de hinchas ingeniosos que portaban una peluca (wig
en inglés y como diminutivo del apellido) imitando el pelo del ídolo local.
En la competencia femenil, la estadunidense Kristin Armstrong revalidó hoy su título olímpico de contrarreloj en carretera, menos de dos años después de ser madre.
Armstrong ganó la prueba con un tiempo de 37:34.82 minutos y derrotó por algo más de 15 segundos a la alemana Judith Arndt, que tuvo que conformarse con la plata. La medalla de bronce fue para la rusa Olga Zabelinskaya.
Volver como mamá y ganar una medalla de oro por segunda vez es un sueño hecho realidad
, dijo una emocionada Armstrong, que volvió a entrenar en 2011.
Con una media de 46.3 kilómetros por hora, la estadunidense marcó siempre los mejores tiempos en los puntos de control del circuito de 29 kilómetros, con inicio y final en Hampton Court Palace, ubicado a unos 20 kilómetros de Londres y que fue residencia del rey Enrique VIII en el siglo XVI.
Con ese escenario de fondo, las tres medallistas fueron sentadas en unos pomposos tronos dorados antes de la ceremonia de premiación, después de la cual Armstrong dio el ramo de flores que le entregaron a su hijo Lucas, motivo por el que abandonó temporalmente el ciclismo hace tres años.