El Consejo Nacional del PRD aprobó mantener la alianza de las izquierdas en el Congreso para convertirse, junto con PT y Movimiento Ciudadano (MC), en la segunda fuerza parlamentaria e impulsar una estrategia legislativa orientada a combatir los proyectos neoliberales e impedir la restauración del régimen priísta.

Mientras llega el momento de poner en acción a los legisladores, el PRD puso otra vez a prueba su precaria unidad, esta vez en la disputa por las coordinaciones de las fracciones parlamentarias en las cámaras de Diputados y de Senadores, así como en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), además de la secretaría general del partido.

Al calor de los trabajos del consejo, los líderes de Izquierda Democrática Nacional (IDN), Alternativa Democrática Nacional (ADN), Foro Nuevo Sol y el Frente Nacional Patria para Todos y Todas se aliaron contra Nueva Izquierda (NI) con la finalidad de restarles fuerza en la definición de posiciones.

Consejeros de este bloque, que pretende quitar el control a la corriente del presidente del PRD, Jesús Zambrano, presumieron que por primera vez se avizoraba la posibilidad de que NI perdiera su fuerza como corriente mayoritaria y se abriera la puerta a la restructuración del partido. Al menos este fin de semana lograron aplazar los nombramientos para el consejo extraordinario que se efectuará los días 17 y 18 de septiembre.

Los dirigentes de NI minimizaron la fuerza opositora y advirtieron que la próxima semana el caso estará resuelto.

La prioridad de NI es la Cámara de Diputados y apoyaría a Manuel Camacho Solís o Armando Ríos Piter para el Senado. El propio Ebrard llevaría mano en la decisión sobre quién coordinará la mayoría perredista en la ALDF.

En el documento de balance electoral, el PRD destacó que en el ámbito legislativo el PRI y sus aliados, el Verde y el Panal, no tendrán la mayoría necesaria para aprobar reformas o nuevas leyes ni tampoco el Presupuesto de Egresos y, por tanto, el gobierno priísta se verá forzado a acordar con la oposición.

Fincaron sus esperanzas en que la acción legislativa tenga nuevas oportunidades, no nada más con los 28 senadores y 147 diputados del Movimiento Progresista, sino con una estrategia y una agenda legislativas vinculadas al movimiento popular.

El problema es que uno de los potenciales aliados, Acción Nacional, simultáneamente es un posible rival: Un peligro que habrá que enfrentar en las cámaras será el intento de que se redite una alianza de orientación neoliberal entre PRI y PAN, que podría acumular una importante mayoría en cada cámara, pero este riesgo se deberá enfrentar con la propuesta de una alianza parlamentaria de oposición, el desarrollo de estrategias que incrementen la participación ciudadana, así como el costo político de quienes se involucren en un intento como aquel (sic).

Durante la sesión de ayer se concretó el apoyo irrestricto al Programa Nacional para la Defensa de la Democracia y la Dignidad de México, propuesto por Andrés Manuel López Obrador, a través de un plan propio denominado Juego Limpio.

El representante del partido ante el IFE, Camerino Eleazar Márquez, no dejó pasar la oportunidad para recordar que en la actual lucha jurídica se requiere que todos los militantes del PRD y los electos representantes populares se comprometan a reunir pruebas supervenientes sobre el rebase de los topes de campaña de Enrique Peña Nieto y el PRI.

Jesús Zambrano definió que independientemente del fallo del tribunal electoral sobre la invalidez de la elección presidencial, los perredistas pondrán por delante la agenda nacional para que se atiendan los problemas del país.