adrid se ha convertido en la ciudad de las protestas. Es el lugar elegido por los cada vez más indignados y hartos ciudadanos españoles para vociferar en contra del gobierno, para gritar alto y claro que están al borde de la ruina y sin más paciencia para seguir soportando recortes sociales, mutilaciones presupuestarias y aumento de impuestos. Los taxistas madrileños, al igual que otros colectivos como los funcionarios, los maestros o los bomberos, se han sumado a la corriente de ira y rechazo que despierta el actual gobierno central, del conservador Mariano Rajoy.

El colectivo de taxistas ya comenzó una serie de protestas para rechazar la nueva Ley de Ordenación del Transporte Terrestre, que hará aún más difícil su ya de por sí compleja situación después de los aumentos impositivos y la pérdida de clientes por el deterioro social que sufre el país. Por eso están en pie de guerra y auguran más movilizaciones, más calles cerradas y más enfrentamientos con la policía si hace falta para impedir que se aprueba una nueva legislación que, a su juicio, favorecerá la contratación de vehículos sin licencia de taxi para un uso similar, lo que provocará una competencia desleal que mandará a la ruina a muchas de nuestras familias.

Mariano Sánchez López, de la Federación Profesional del Taxi, así lo explicó: Estamos en contra de la desregulación y de que se liberalice el servicio. El taxi no pide dinero ni subvenciones. Sólo pedimos que no se lleven a cabo las medidas anunciadas por el gobierno, que llevarían a la ruina a miles de autónomos, con la consiguiente inseguridad para los usuarios.

Armando G. Tejeda, corresponsal