Londres, 24 de julio. La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos tenía que ser ultrasecreta según las recomendaciones del director Danny Boyle y de Sebastian Coe, jefe del comité organizador, pero en la era de las redes sociales no pudo mantenerse en reserva. Este martes se filtraron detalles sobre la inauguración.

Decenas de miles de espectadores asistieron a un ensayo técnico la noche del lunes en el estadio olímpico, uno de los últimos antes de la ceremonia de este viernes, con un costo de 27 millones de libras (42 millones de dólares).

Su director artístico, el cineasta británico Danny Boyle, pidió a los asistentes –entre ellos invitados de los organizadores y familiares de los participantes– que no filtrara detalles del espectáculo que se llevará a cabo ante 80 mil personas y más de mil millones de telespectadores en todo el mundo.

Boyle, de 55 años, admitió que en la era de las redes sociales y los teléfonos móviles con cámaras fotográficas mantener todo en secreto es imposible.

A pesar de las advertencias, los espectadores tuitearon fotos del evento –una de ellas con una mano cubriendo gran parte de la acción– mientras otros rivalizaban en elogios. Todos anticiparon que lo que se verá será grandilocuente.

La ceremonia es un intento de capturar una imagen de nosotros como nación, de dónde venimos y dónde queremos estar, dijo Boyle, cuya ceremonia está inspirada en una parte de La Tempestad, de William Shakespeare.

Aunque Boyle asegura que la ceremonia no será un concierto, habrá música típicamente británica de The Beatles, Who, Sex Pistols y Underworld.