Domingo 22 de julio de 2012, p. a15
Londres, 21 de julio. Extraídas de Mongolia o de Utah por el polémico gigante minero Rio Tinto, ocho toneladas de oro, de plata y de cobre fueron necesarias para confeccionar las 4 mil 700 medallas olímpicas, las más pesadas de la historia de los juegos de verano, ahora custodiadas en la Torre de Londres.
Las medallas llegaron a la Torre el 2 de julio y permanecerán en un lugar seguro
, cerca de las joyas de la Corona británica, hasta el momento en que sean entregadas a los atletas
, explicó el portavoz Tracey Stands.
El oro en las preseas no constituye en realidad más que una ínfima parte de las aleaciones: una medalla dorada de unos 410 gramos de peso sólo contiene 1.34 por ciento (seis gramos) de metal amarillo, y el resto está compuesto de plata (92.5 por ciento) y de cobre.
El alza de la cotización del oro y de la plata –que se duplicó desde los últimos Juegos– hacen que sean las medallas más caras de la historia olímpica. Sobre todo cuando sus dimensiones (85mm de diámetro y 7mm de espesor) las convierten en las más grandes jamás fabricadas para una justa veraniega. En Pekín eran dos veces más ligeras (unos 200 gramos).
No superan, sin embargo, el récord establecido en los Juegos Olímpicos de invierno de Vancouver 2010, cuyas medallas pesaban hasta 576 gramos.
Cada presea, diseñada por el artista británico David Watkins, representa en el anverso a la diosa griega de la Victoria, Nike, y en el reverso el logotipo de los Juegos de Londres sobre una imagen que representa la radiación de la energía de los atletas
, y llevan una cinta de color violeta evocadora del Támesis.