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Convención Nacional contra la ImposiciónAlianzas y organización
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FOTO: Lourdes E. Rudiño |
Mayra Terrones y Lourdes Rudiño
Realizada en la plaza central del pueblo de San Salvador Atenco, la Convención Nacional contra la Imposición concentró a unas tres mil personas, incluidos representantes de 496 organizaciones sociales de 29 entidades de la República, y más allá de los acuerdos, sirvió para intercambiar experiencias de lucha y resistencia social; para que unos aprendieran de los otros; para que los estudiantes participantes, miembros de #YoSoy132, profundizaran su entendimiento del porqué de la rebeldía de los atenquenses y del porqué de la desesperación de muchos ante el desplazamiento y despojo de tierras y otros recursos que sufren los pueblos campesinos, y para refrendar alianzas con respeto a la autonomía de cada agrupación.
La Convención, convocada por el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de Atenco, ocurrió el 14 y 15 de julio; entre otros, participaron comuneros del pueblo michoacano de Cherán y de Huexca, Morelos; opositores a la presa La Parota; representantes de la Asociación de Afectados Ambientales y de El Barzón; miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, de la Alianza de Tranviarios de México, de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, del Frente Nacional para el Desarrollo Emiliano Zapata, del Frente de Mujeres de Izquierda, de la Liga de Trabajadores Socialistas, del Movimiento Regeneración Nacional, del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas, etcétera, y también, a título individual, amas de casa, académicos, empleados, desempleados, obreros, víctimas de la guerra contra el narcotráfico, y por supuesto muchos jóvenes.
Los acuerdos, ya se han difundido; incluyen desde la tercera movilización anti-imposición de Enrique Peña Nieto en todas las plazas del país el 25 de julio, hasta la “toma” del Congreso el 30 de noviembre y 1 de diciembre para impedir que el candidato del PRI asuma la Presidencia, pasando por un ensayo de huelga general en agosto, las tomas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y de instalaciones de Televisa, la realización de la Segunda Convención Nacional Contra la Imposición el 22 y 23 de septiembre en Oaxaca y movilizaciones a lo largo de noviembre, con la aclaración hecha posteriormente por voceros del #YoSoy132 de que todos estos resolutivos no son asumidos por su movimiento, pues tendrán que ser discutidos y sancionados en su próxima Asamblea Interuniversitaria, el 28 de julio.
Testimonios de participantes exaltaron la importancia de actuar unidos, aprovechar la experiencia de las luchas de los movimientos sociales, el respeto a cada organización y, sobre todo, la posibilidad de que estas reuniones deriven en acuerdos que trasciendan la impugnación electoral, a favor de la democratización del país.
Rodolfo Chávez Galindo, integrante del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a La Parota, consideró que “está muy bien” que se impugne la elección presidencial –“de allí se parte”–, pero lo que viene después es la búsqueda de la democracia real y amplia –planteamiento que ha surgido del #132, “pues los jóvenes demuestran mucho conocimiento y saben lo que necesita el país”–. Esto es fundamental, dijo, pues ya hay anuncios de los priistas sobre su interés de impulsar reformas estructurales importantes, “lo cual significa intentos privatizadores del petróleo, afectaciones laborales (…) cosas tremendas. Mientras haya desempleados y no haya un verdadero derecho a huelga ni contratos colectivos, mientras estén quitando las tierras a los campesinos para hacer presas o minas o cualquier cosa, no habrá democracia real, y esto es lo que queremos cambiar”, con la prioridad puesta por los jóvenes, “que es revertir lo más antidemocrático que hay, la manipulación de los medios de comunicación”.
Habló del respeto como punto de partida fundamental para que las alianzas sociales prosperen. “Quienes tenemos luchas en otros lugares y que son de años, quienes tenemos participación social y política, tenemos que respetar la independencia de los jóvenes del #132; respetar la frescura que trajeron a esta asamblea. Ésta tiene generar proyectos unitarios pero con respeto a ellos y entre todas las organizaciones. Si se avanza en esto, podremos decir que es viable iniciar el proceso largo de la democratización del país con la sociedad organizada, y los no organizados, que es la mayoría. Se debe ir penetrando con ellos, incluso con los que vendieron su voto. Además hay que superar el corporativismo ancestral que tanto daño nos hace. Hay condiciones y una visión de triunfo”.
Gilberto Ramírez, miembro de la Comisión de Comunicación del #YoSoy132, pasante del posgrado de economía, profesor adjunto de la Facultad de Economía, y estudiante de filosofía de la UNAM, afirmó que el vínculo entre el FPDT y el movimiento de estudiantes se da de manera natural. “Por un lado, Atenco se ha vuelto un referente nacional de una lucha que se dio con mucha firmeza en contra de Enrique Peña Nieto, y por otro lado, en las universidades públicas y privadas hay un sector numeroso que accede a la información por diversos medios, incluidos las alternativos y las redes sociales, y que se han dado cuenta desde hace seis años de que ha habido un proceso para imponer a Peña como presidente de la República”.
Los jóvenes sienten respeto por Atenco porque ellos, que son de los más golpeados por el desempleo, identifican a los campesinos de este lugar como quienes han defendido sus recursos productivos, su tierra, y esto es algo que permea entre los estudiantes, señala y agrega: “Los jóvenes saben que el problema real no es la persona de Peña Nieto, sino todo lo que representa, su proyecto de gobierno, la forma como ha enfrentado a los movimiento sociales, la represión que ha ejercido, las violaciones, la persecución política, el despotismo. Por eso se ha fortalecido el vínculo de #132 con campesinos. Por ejemplo, se hizo el encuentro nacional de estudiantes en Huexa, Morelos, donde hubo un nexo con una comunidad que se defiende contra un proyecto termoeléctrico. Acudimos y aprendemos de las comunidades, vemos qué son las mineras y todo lo que ocurre a nivel nacional con los recursos naturales, la entrega del petróleo, la destrucción de Luz y Fuerza, la privatización de la electriciad (…)”.
César del Valle Ramírez, estudiante de literatura de 24 años e hijo de Ignacio del Valle, líder del FPDT –que sufrió encarcelamiento durante más de cuatro años– dijo que el hecho de que los estudiantes de la Universidad Iberoamericana hayan reclamado el 11 de mayo a Peña Nieto por los agravios a Atenco fue gratificante. “Qué chido que se estudiantes de una universidad privada se indignen y no se dejen engañar. A partir de eso, decimos ‘nosotros estamos aquí, y en resistencia’”, sobre todo porque las autoridades mexiquenses mantienen su coraje porque los campesinos de los municipios de Atenco, Texcoco y Chimalhuacán frenaron la expropiación de sus tierras para la instalación del aeropuerto en 2001 y frustraron todos los negocios que se derivarían.
Y porque hay intentos constantes para despojar a los campesinos de la región de sus tierras, de las mismas que se querían para el aeropuerto (hoy día desde la Comisión Nacional del Agua, con el pretexto de crear una zona de amortiguamiento para el Lago de Texcoco), que se traducen en presiones tales como la intromisión de autoridades en asambleas ejidales para inducir a la venta de tierras, y la cancelación de pozos desde hace dos años, por falta de pago de luz, lo cual impide que unos tres mil campesinos cultiven igual número de hectáreas.
De acuerdo con César del Valle, el cambio social y político que requiere el país no se logrará por la vía de las elecciones, pues las instituciones que las organizan violan sus propias reglas y son parte de un sistema que pasa la varita presidencial sólo dentro de un grupo político. Por ello, “la alternativa que vemos es la organización, y hay que generar empleo. En Atenco no hay chamba, quizá tenemos que formar pequeñas cooperativas, que abastezcan nuestras propias comunidades y que con base en eso podamos ir creciendo, generando conciencia, unidad, solidaridad”.
“En Atenco decimos somos #132 también, y todos han dicho ‘somos Atenco y ¡ay de aquél que no lo demuestre con sus actos!’ Y pensamos que no basta con movilizarnos y hacer una marcha de cien mil personas en el Zócalo. Eso no va a tirar al sistema. Tenemos que generar alternativas y una propuesta real que lo haga temblar, que les haga saber que aquí estamos y no nos vamos a mover hasta que ellos se quiten de allí.
“Si no logramos impedirlo (la imposición de Peña), porque hace falta mucho trabajo para eso, que él se dé cuenta a qué se va a estar confrontando. Que no sólo es Atenco, también es #132, Cherán, Wirikuta, Chiapas, Parota (…) que ya no es la misma situación de hace algunos meses, y lo que podemos generar aquí es al menos la organización amplia, incluyendo a los que están desorganizados”.
Damián Camacho Guzmán, miembro del FPDT y estudiante del posgrado de desarrollo rural de la Universidad Autónoma Metropolitana, comentó que los antecedentes de confrontación constante entre los pueblos de Atenco y el gobierno mexiquense, así como con el propio Peña Nieto, lo que se vislumbra, si éste asume la Presidencia, es la represión a los movimientos sociales. Pero el surgimiento del #YoSoy132 y la existencia del FPDT como actor central “nos coloca como dos referentes con capacidad para hacer una convocatoria más amplia; reconocer que hay diversas visiones, formas de lucha, que vamos por diversos caminos, pero que tenemos intereses comunes y hoy el interés es impedir la imposición de Peña”.