La escuela, fundada por Carlos Velo y Luis Buñuel, cumplió ayer 37 años
Lunes 16 de julio de 2012, p. a11
De las aulas del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) han egresado cineastas que han obtenido Palmas de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes: Carlos Carrera, por El héroe, en 1994, y Elisa Miller, por Ver llover, en 2007, dos cortometrajes que dan fe de que a 37 años de existencia ha sido generador de creadores hoy fundamentales en el cine nacional.
Fundado el 15 de julio de 1975, el CCC es una de las escuelas de cinematografía más activas de México. Sus planes de estudios cubren las diferentes disciplinas que se requieren para realizar una película, tanto es aspectos teóricos como prácticos, en guión, dirección, fotografía, sonido, edición y posproducción. De sus egresados también destacan Rodrigo Prieto, Francisco Vargas, Francisco Athié, Beatriz Novaro y Tatiana Huezo.
El cine es un lenguaje y como tal es sujeto de un proceso de enseñanza-aprendizaje. En el CCC estamos conscientes de que alguien que estudia cine es muy importante conocerlo, para salir con una película bajo el brazo, ya sea un largometraje, corto, o mediometraje, del que sea director, productor, guionista, cinefotógrafo o sonidista, áreas fundamentales de la enseñanza en el centro
, explicó en entrevista Ignacio Ortiz Cruz, coordinador de dirección del CCC.
Reconocido por la SEP
El plan de estudios de la licenciatura en cinematografía cuenta con el reconocimiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP) desde 2011. El programa es de nueve semestres (cuatro años y medio), consta de un tronco común de tres semestres, que incluye materias destinadas a la enseñanza del lenguaje cinematográfico, la expresión escénica y narrativa, así como el documental. A partir del cuarto semestre, el alumno puede optar por cursar las especialidades en dirección o cinefotografía.
El guionista de La mujer de Benjamín indicó que en el transcurso de la licenciatura en cinematografía los alumnos hacen cuatro ejercicios fundamentales: realizar una película, al terminar el primero y segundo año escolar; un documental, en el tercero, para lo cual los alumnos están bien preparados, pues varios han ganado con él premios Ariel
. La tesis consiste en hacer un filme.
Creo que hay muy pocos festivales en el mundo donde no participe una película mexicana; muchas de las que asisten son las tesis de los egresados del CCC
, explicó el guionista, quien estudió en esta escuela, fundada por Carlos Velo y Luis Buñuel.
Aquí hacemos un trabajo para el otro, para el espectador, y querer narrar una ficción no sólo implica tener talento, sino requiere responsabilidad para contar historias a partir del lenguaje cinematográfico
, apuntó Ignacio Ortiz.
Los alumnos deben aprender del mundo y conocerlo para tener historias que contar; leer un periódico, ver lo que ocurre en su entorno, conocer al bolero de la esquina, saber qué pasa en su país, platicar con sus hermanos, padres, tíos, abuelos e interesarse en escuchar en la gente. Para mí, eso es interés en la vida, y es lo primero que se necesita, eso es un requisito del CCC, instituto que les da las herramientas para organizar todo ese material para contar una historia
.
Constante evolución
En opinión de Ortiz Cruz, los alumnos salen muy bien preparados para abordar un proyecto y realizar cualquier actividad relacionada con la técnica cinematográfica, tan es así que 90 por ciento de los egresados tienen trabajo al crear sus propios proyectos, en comerciales de televisión, en la dirección de fotografía o como directores, sonidistas, posproductores de sonido o editores
.
La escuela, dijo, tiene que estar en constante cambio a partir la base fundamental enseñanza-aprendizaje del lenguaje cinematográfico, que está en un proceso constante de evolución. El instituto acerca a los alumnos a las nuevas tecnologías y a los avances más recientes en materia cinematográfica. Para la actualización de las técnicas y para la apreciación del lenguaje tenemos una de las pocas salas en el país con sonido 5.1
, compartió.
El CCC ha cimentado su presencia en los principales festivales del mundo, lo cual es como una tarjeta de presentación del país.