Entre las víctimas, senadores, diputados y funcionarios locales
Domingo 15 de julio de 2012, p. 23
Kabul, 14 de julio. Al menos 22 personas fallecieron –entre ellas Ahmad Khan Samangani, influyente político y estrecho colaborador del presidente afgano– y 60 resultaron heridas en un atentado provocado por un suicida que portaba un cinturón con explosivos en la localidad de Aybak, capital de la provincia norteña de Samangan. Entre los lesionados se encuentran senadores, diputados y funcionarios locales.
El jefe de los servicios de inteligencia de la provincia, Jan Mohammed; el comandante de la policía responsable de Afganistán occidental, Sayed Ahmad Samay, y el coronel Mohammadullah, quien estaba al frente de una división del ejército en el norte del país, murieron en el ataque.
El atacante suicida se hizo estallar en la recepción del hotel, donde se celebraba la boda de la hija de Samangani.
La detonación se produjo cuando el padre de la novia saludaba a los invitados en una sala con cientos de personas, según informes del portavoz del gobernador Samangan Seddik Asisi.
Aún no está claro cómo accedió el atacante a la recepción o si iba vestido con uniforme de la policía. Por deseo de Samangani y como muestra de respeto a sus invitados, las fuerzas de seguridad no registraron a los asistentes a la entrada de la fiesta.
“Los enemigos de Afganistán apuntaron de nuevo contra civiles inocentes y un muyahid que jugó un papel crucial con sus esfuerzos para forjar la unidad del país”, manifestó el presidente afgano, Hamid Karzai, en un comunicado.
Samangani era un influyente señor de la guerra que consiguió relevancia durante la ocupación rusa de Afganistán en los años 80. Pertenecía a la minoría uzbeka y entró a formar parte del parlamento el año pasado. Los uzbekos pertenecen a una frágil coalición de tribus minoritarias que luchan contra los talibanes en la región.
Los talibanes rechazaron cualquier relación con el atentado y apuntaron que Samangani pudo ser atacado debido a hostilidades personales.
Afganistán está viviendo uno de los peores momentos de violencia desde que el gobierno talibán fue derrocado tras la invasión del país por Estados Unidos hace más de una década. El 3 de mayo pasado los talibanes lanzaron una nueva ofensiva, a menos de dos años de la salida de las tropas de la coalición internacional.
Según la Organización de Naciones Unidas, en 2011 murieron más de 3 mil civiles como consecuencia de la guerra afgana.