Domingo 15 de julio de 2012, p. a16
La literatura latinoamericana ya no depende, en gran medida, de las influencias de los escritores de España. Nos une el idioma, pero la búsqueda de nuevas formas narrativas ha provocado esta separación. Los primeros a quienes se les puede considerar que rompieron esa dependencia artística son Juan Ruiz de Alarcón y Sor Juana Inés de la Cruz.
La separación de España comenzó en el siglo XIX y se acentuó al finalizar el periodo romántico con Martín Fierro. La ruptura se consumó en 1888 con la aparición de Azul, de Rubén Darío. El modernismo, iniciado en América por este poeta, llegó pronto a España y la conquistó. El episodio de influencias se repitió un poco después de la Primera Gran Guerra con el creacionismo de Vicente Huidobro.
El tercer episodio ha sido el de la influencia de los novelistas hispanoamericanos contemporáneos. En estos tres casos, los escritores de América abrieron la encerrada literatura peninsular española a los vientos del mundo.
Visto de esta manera, podemos determinar que nuestra historia literaria está hecha de sucesivas negaciones de la tradición. Cada nuevo autor necesita negar a sus predecesores, así los imita y los prolonga
, escribe Octavio Paz.
Este libro no es una obra que él halla escrito, sino que reúne los prólogos que hizo entre 1990 y 1997 enfocados al arte en general. Herramienta útil que nos da un panorama de la evolución artística del país y del continente. Agudiza nuestros sentidos para comprender que, en palabras de Paz, cada literatura es una sociedad de obras, personajes, tendencias e ideas en perpetuo movimiento.
Título: Por las sendas de
la memoria
Autora: Octavio Paz
Editorial: FCE
Número de páginas: 273
