Édgar Cortez, del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, consideró que el problema de violencia que se vive en Cherán se debe a que se dejó crecer el asunto, hubo denuncias y no se atendieron, hay inacción de los gobiernos federal y estatal. En la entidad la autoridad insiste en que es un conflicto entre comunidades, pero en realidad se trata del crimen organizado contra la comunidad.

Cortez abundó: No ha habido intentos serios de ambos niveles de gobierno para resolver este problema. Se requiere un trabajo de inteligencia y acciones efectivas para desarticular las redes de delincuencia organizada; no sólo con el uso de la fuerza se va a resolver el problema.

En entrevista el investigador consideró que desde luego no comparto la petición que hace el pueblo de Cherán, pero están desesperados y por ello piden la presencia del Ejército. Las autoridades, federales y estatales, tendrían que valorarlo, pero no hay que olvidar que la presencia de las fuerzas armadas tiene que darse bajo una coordinación civil. Si ocurren violaciones a los derechos humanos hay que exigir cuentas a los gobernadores y a los presidentes municipales.

Adrián Ramírez, de la Liga Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, destacó que la demanda de la comunidad de que se combata al hampa en Cherán es una necesidad para que ellos puedan vivir pacíficamente, usando sus tierras y cuidando sus recursos, pero en el fondo ahí existe un problema de impunidad, y la utilización mediática que se ha hecho del Ejército y de la Armada es lo que hace creer a los habitantes que es la única salida que tienen para recuperar su seguridad, pero ya vimos que las fuerzas armadas ni dan seguridad y mucho menos protección a los ciudadanos.

Ramírez refiere que en Cherán han sido una serie de instancias civiles las que no han logrado proteger los derechos de los campesinos en materia de preservación de sus bosques. Ese es el centro del problema; no se trata de un problema entre comunidades, hay un aspecto delincuencial, y ello se debe a la impunidad que se da a los madereros, que propician un clima de violencia. Se observa inacción del gobierno y falta de oficio político para resolverlo.