El Cairo, 10 de julio. La Asamblea del pueblo egipcio, disuelta el 14 de junio pasado por la Corte Constitucional, volvió a reunirse esta mañana en un claro desafío al alto tribunal, que horas más tarde invalidó el decreto del presidente islamita Mohamed Mursi mediante el cual el domingo ordenó su restablecimiento.

La Alta Corte Constitucional disolvió el Legislativo por considerar que carecía de legitimidad al emanar de unas elecciones que no se desarrollaron correctamente. Argumentó que la ley electoral no es conforme a la Constitución, debido a que se permitió concurrir a personas afiliadas a partidos para los escaños de designación directa, reservados a candidatos independientes.

Luego de la disolución de la asamblea, los militares –a los que Hosni Mubarak, expulsado del poder en febrero de 2011 y actualmente en estado de coma tras haber sido condenado a cadena perpetua, había entregado el mando del país– recuperaron el poder legislativo, provocando con ello la cólera de quienes quieren verlos salir de la política.

La Corte, que ya el lunes había rechazado el decreto presidencial, ordenó este martes que su decisión precedente (que declara ilegal el parlamento) sea aplicada.

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que mantuvo una reunión de urgencia después del decreto presidencial, llamó a respetar la ley y la Constitución, y dijo confiar en que todas las instituciones del Estado respetarán lo que se ha dicho en las declaraciones constitucionales.

Pero esta mañana la Asamblea del Pueblo celebró una sesión, en claro desafío al ejército y a la justicia sobre un fondo de crisis política y judicial, en la que los legisladores aprobaron presentar una apelación al fallo del alto tribunal.

Hoy hablamos del fallo de la Alta Corte Constitucional que invalidó las recientes elecciones legislativas, dijo el presidente de la asamblea, Saad Katatni, también miembro de la Hermandad musulmana, quien sostuvo que el parlamento conoce sus derechos y deberes, no interviene en los asuntos del poder judicial y no comenta los veredictos de la justicia.

Los diputados del partido Libertad y Justicia, de la Hermandad Musulmana, y los fundamentalistas salafistas, que dominan la asamblea, estuvieron presentes, pero los de otros partidos, en particular los liberales, boicotearon la sesión y algunos calificaron el decreto de Mursi, quien apenas hace 10 días asumió el poder, de golpe de Estado constitucional.