Madrid, 10 de julio. La marcha negra de los mineros españoles trajo este martes a Madrid las protestas contra los recortes al sector decididos por el gobierno español, con un recorrido nocturno que iluminó la noche madrileña, a la espera de una multitudinaria manifestación el miércoles.

Ataviados con sus trajes de trabajo y las linternas de sus cascos encendidas, los mineros, con camisetas en las que se podía leer: sí a la reactivación de las comarcas mineras o no al cierre de la minería del carbón, recorrieron el centro de Madrid desde la ciudad universitaria para llegar a la emblemática Puerta del Sol.

Los mineros, que llegaron a Madrid procedentes de las regiones de Asturias, Castilla y León y Aragón, tras recorrer a pie unos 400 kilómetros en las últimas dos semanas, habían entrado poco antes en la capital pasando por delante del Palacio de La Moncloa, residencia oficial del jefe del gobierno, Mariano Rajoy.

Solidaridad madrileña

Los 400 mineros, al grito de ¡somos mineros, no terroristas! o ¡estos son, aquí están, los que sacan el carbón!, iniciaron la marcha acompañados por miles de madrileños.

A ver si el esfuerzo que hemos hecho tiene su recompensa, aunque no lo tengo claro, afirma Félix López, un minero aragonés de 46 años, que lleva diez meses trabajando en la mina.

López había llegado por la mañana con una columna de mineros desde Aragón, que cruzó algunas de las principales calles del noroeste de la capital antes de reunirse con sus compañeros de Asturias y Castilla y León.

Su avance por las calles madrileñas fue saludado con toques de claxon e, incluso, algunos vehículos de bomberos hicieron sonar las sirenas a su paso.

Tenemos que concientizar a este gobierno que las comarcas mineras tienen que subsistir y el carbón también, porque es una energía autóctona, que viene bien al país y es barata, añade Antonio Risco, minero prejubilado procedente de la comarca minera del Guadiato de Peñarroya.

Si cierran esto no hay nada, han estado muchos años para reindustrializar y no han hecho nada, si cierran la mina, nos echan fuera y a dónde vamos a ir, si no hay nada, dice Francisco Martín, minero de Ariño, de 35 años.

El gobierno español, en un intento de reducir el déficit público, decidió recortar 63 por ciento las ayudas públicas al sector este año, pasando de 301 millones de euros de 2011 a 111 millones, algo que, según los mineros, amenaza directa o indirectamente unos 30 mil puestos de trabajo.