Londres, 9 de julio. Los inquilinos de una de las casas de Londres donde se instalarán misiles durante los Juegos Olímpicos han llevado a los tribunales la medida.

Los propietarios tienen miedo de que el edificio, de 117 pisos, pueda sufrir un atentado terrorista precisamente porque los misiles están situados en el tejado, argumentó el abogado de los inquilinos ante el Tribunal Supremo de Londres.

El estacionamiento de cohetes tierra-aire en seis puntos de Londres durante los Juegos Olímpicos ya fue discutido en cuanto se dio a conocer.

El Ministerio de Defensa afirmó que la oposición contra los cohetes proviene sólo de un pequeño grupo. Esos misiles son parte importante del plan de seguridad.

Entre otras medidas, el mayor buque de la marina británica estará anclado en el Támesis, y en una base aérea cercana habrá cazas de combate dispuestos a despegar en caso necesario.

Los misiles formarán parte de un sistema integrado de seguridad aérea de varios niveles que incluye aviones Typhoon y helicópteros, así como una red de observadores aéreos y de radares, declaró el ministro de Defensa, Philip Hammond, en una declaración escrita enviada a los diputados.

Las autoridades señalan que el propósito principal es proteger el parque olímpico de Stratford, donde se llevarán a cabo la mayoría de las competiciones y vivirán los atletas, y a la vez aportar tranquilidad y una poderosa fuerza disuasoria a una ciudad que ya sufrió mortíferos atentados terroristas en 2005.

Los vecinos aspiran a que se vuelvan a examinar los planes y afirman que se lesionaron sus derechos por no haber sido consultados o informados previamente.

Según la emisora BBC, los demandantes confían en que se adopte una rápida decisión en uno o dos días.

Tienen un miedo plenamente justificado de que la instalación o el despliegue del sistema de misiles en el tejado de la Fred Wigg ocasione un riesgo adicional de que la propia torre se convierta en objetivo de un ataque terrorista, alegó el abogado Marc Willers.

El dispositivo de seguridad de Londres 2012 es el más importante en el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial. Movilizará a más de 40 mil militares, agentes de policía y guardias de seguridad privados, con el respaldo de los servicios de inteligencia, aviones, helicópteros y buques de la marina.