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Las Chivitas vencieron a los Tucitos y representarán a México en Polonia

Las nuevas generaciones de jugadores ya no se achican ante nadie: Huerta
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de julio de 2012, p. 4

Los niños festejan y sufren las victoria y las derrotas con la misma pasión de una estrella del balón: lloran desconsolados en la caída y celebran aguerridos en el triunfo.

Ayer se tocaron los dos extremos en la final de la Copa de las Naciones Danone, en la que las Chivitas alzaron el trofeo que los llevará a representar a México en Polonia, en septiembre próximo, tras vencer en serie de penales a los Tucitos del Pachuca.

Tienen 12 años, pero sus gestos son como los de cualquier jugador experimentado.

“En estas categorías –infantiles y juveniles– es donde se le está cambiando el chip al futbol mexicano”, dijo Guillermo Huerta, técnico del América Sub-20, actual tetracampeón de la especialidad, quien acudió como invitado de honor al torneo.

No sólo crecen técnicamente cuando se empieza con la preparación de jugadores desde niños, sino también se les enseña un nuevo modo de ser futbolista, con una formación más completa, agregó Huerta.

Para el entrenador, el ejemplo de este cambio en la personalidad del jugador mexicano está en la seguridad y la ambición que han mostrado los sub-17 campeones del mundo en 2005 y 2011, y la selección que acudirá a los Juegos Olímpicos, considerada favorita para ganar una medalla.

Esta nueva generación no se achica ante la presión ni ante el nombre del rival; son capaces de jugar de tú a tú con el que sea, y no sólo son buenos técnicamente, sino también son fuertes en lo mental, agregó.

La clave para Huerta está en respetar los procesos de formación, que cada categoría viva su momento para que cuando alcancen la madurez futbolística puedan integrarse a las plantillas de las ligas de ascenso y primera división.

Vean a estos niños de Chivas: tienen 12 años y ya van a representar a México en un torneo mundial de su categoría.

Los jugadores del cuadro tapatío tuvieron que remontar el partido, pues los Tucitos –equipo que ya fue campeón mundial en su edición de Sudáfrica 2010– se habían adelantado, pero el duelo no pudo definirse por marcador y se llegó a los penales.