Pide al gobierno contribuir con la mitad de la inversión en padecimientos de alto impacto
Su complicada situación se deriva del seguro de enfermedades y maternidad
Omite hacer propuestas, pero señala que en 2016 no podrá cumplir con el RJP de sus propios trabajadores
Miércoles 4 de julio de 2012, p. 43
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) entregó el informe sobre su situación financiera 2011-2012 al Poder Ejecutivo y el Congreso de la Unión. En él advierte sobre la complicada situación económica que vive, derivado del déficit del seguro de enfermedades y maternidad (SEM) y los costos que implican sus obligaciones como patrón en el régimen de jubilados y pensionados (RJP) de sus propios trabajadores.
Aunque afirma que de mantenerse la situación actual en el año 2016 se agotarán los recursos para cumplir con esta prestación laboral, omite plantear alguna propuesta para atender el problema.
El informe se concentra en reiterar las cinco medidas que desde el año pasado presentó para garantizar la viabilidad de la institución. La principal de ellas, que el gobierno federal contribuya con la mitad de la inversión necesaria para atender seis enfermedades de alto impacto financiero: diabetes, hipertensión arterial, insuficiencia renal, tumores malignos de mama y cérvico uterino, y VIH/sida.
Sólo con esta acción, el déficit en las finanzas del IMSS pasaría de representar 11.5 por ciento del producto interno a 2 por ciento. Y es que, indica el informe, el gasto para la atención de estos padecimientos ascendió el año pasado a 62 mil 739 millones de pesos, equivalentes a 29.1 por ciento del gasto corriente del SEM.
Con relación al costo del RJP, el informe señala que al año representa una erogación de 703 mil 122 millones de pesos y contabilizado como pasivo laboral tiene un valor presente de 1.8 billones de pesos de 2011.
Además, señala que en los 12 años recientes, ese mismo pasivo, medido en términos de las obligaciones por beneficios definidos, ha crecido a una tasa real de 12.6 por ciento promedio anual, y pasó de 344 mil millones de pesos en 1999 a más de 1.4 billones de pesos en 2011.
Este monto es el que el IMSS requiere garantizar que tendrá para cumplir con el pago del RJP al que tienen derecho 284 mil 249 trabajadores actualmente activos, los cuales ingresaron al IMSS antes de 12 de agosto de 2004 en el caso de los servidores de base y de confianza B y antes del 20 de diciembre de 2011 para los de confianza A. También gozan de esta prestación 220 mil 308 personas que ya están pensionadas.
Las previsiones del instituto señalan que la salida de los trabajadores activos, con una edad promedio de 44.1 años en la actualidad, ocurrirá en las próximas tres décadas, conforme cumplan con el requisito de antigüedad que marca el contrato colectivo de trabajo (27 años para mujeres, 28 para hombres).
Aunque de acuerdo con el informe ésta es una de las dos cargas financieras más pesadas, no plantea ninguna propuesta de solución, a pesar de que los recursos para cumplir esta obligación –según dice– se agotarán en 2015, una vez que se termine el fondo para el cumplimiento de obligaciones laborales de carácter legal o contractual, del cual se empezó a tomar dinero en 2009. Hasta diciembre de 2011 tenía un saldo de 34 mil 738 millones de pesos y se terminará en 2013.
Los siguientes dos años el IMSS solventaría sus necesidades económicas con recursos obtenidos de la transferencia de los excedentes de los saldos de las reservas financieras y actuariales de los seguros de invalidez y vida y de riesgos de trabajo, a las del SEM, la cual se concretó en septiembre de 2011 y ascendió a 61 mil 222 millones de pesos. Este dinero se agotará a finales de 2015.