Los ganaderos del país dejarán de perder 95 dólares por unidad exportada a Estados Unidos cuando el gobierno de dicho país cumpla con la determinación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de eliminar un trato discriminatorio a las importaciones de carne mexicana, derivado de la ley de etiquetado estadunidense.

En conferencia de prensa, los secretarios de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Francisco Mayorga Castañeda, y de Economía, Bruno Ferrari, informaron que la OMC dictaminó que la citada ley estadunidense altera los acuerdos comerciales. Estados Unidos tiene 11 meses para cumplir con el dictamen y no descartaron imponer represalias comerciales en caso de que ese país no cumpla con la moción.

Ferrari comentó que el año pasado México exportó un millón 500 mil cabezas de ganado en pie a Estados Unidos, lo que representó un ingreso de 600 millones de dólares.

Comentó que la ley de etiquetado estadunidense impone un trato diferente al ganado mexicano, lo que afecta las condiciones de competencia en el mercado del socio comercial, al crear un incentivo a la utilización de ganado nacional y desincentivar el importado de México. Esta ley provocó que el ganado mexicano resulte con mayores costos, que finalmente tuvieron que ser absorbidos por los ganaderos mexicanos, la diferencia en el costo entre el bovino importado y el estadunidense afecta las utilidades de los productores, indicaron.

El titular de Sagarpa dijo que la resolución ofrece certidumbre al sector y al intercambio de bienes y servicios, al condenar prácticas proteccionistas que alteran las condiciones de competencia en los mercados; confió en que el gobierno de Estados Unidos cumpla con la resolución de la OMC y reiteró su compromiso de trabajar con él para dar certeza al intercambio comercial en beneficio de los productores de ambos países y de la seguridad alimentaria.

Oswaldo Cházaro Montaño, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas, expuso que por la citada ley en 2011 los productores dejaron de recibir 140 millones de dólares, cantidad que se eleva si se considera que ese reglamento empezó a aplicarse a finales de 2008. Además, los precios del mercado nacional se vieron afectados con una disminución de entre cinco y seis pesos por kilogramo, lo que significó pérdidas de entre mil 500 y mil 800 pesos por cabeza como resultado de la sobreoferta generada en el país.

En el país se producen de cinco a seis millones de becerros, de los cuales millón y medio se exportan a Estados Unidos.