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La ciudad de las estaciones, obra que empieza temporada en el teatro Sergio Magaña

Invitan al público a verse reflejado en el espejo de la pobreza humana

No creo en el arte teatral como un ejercicio moralizador, expresa el director Gilberto Guerrero

Proponen una versión libre del guión cinematográfico El camino de la vida, de Kurosawa

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Escena del montaje que la compañía Perro Teatro presentará del 6 al 29 de julio en el recinto de Santa María la RiberaFoto cortesía de la producción
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Escena del montaje que la compañía Perro TeatroFoto cortesía de la producción
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Escena del montaje que la compañía Perro TeatroFoto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de julio de 2012, p. 4

El arte teatral no está obligado a dar mensajes. Al menos, no desde la perspectiva del director Gilberto Guerrero, cuyo montaje de La ciudad de las estaciones realizará temporada del 6 al 29 de julio en el teatro Sergio Magaña, con la compañía Perro Teatro.

No creo en el teatro como un ejercicio moralizador, subraya, y destaca que una de las misiones más importantes de la escena es invitar a la sociedad a verse reflejada en un espejo.

Las anteriores precisiones del creador escénico vienen a cuenta debido al entramado de esa puesta en escena, una versión libre del guión cinematográfico Dodes-ka’den, de Akira Kurosawa, que en México se conoció como El camino de la vida.

Se trata de una obra que tiene que ver con las sociedades en las que vivimos, las cuales se encuentran determinadas por la pobreza en términos humanos, resume el director.

No obstante esa profunda carga, rechaza que su propósito con esta obra sea transmitir algún mensaje: “Lo que nos ofrece Kurosawa en ese material es un mosaico de historias sobre la condición humana, en particular cuando se encuentra en una espiral sin salida. Es una obra que habla sobre la miseria, pero no sólo desde el ángulo de la pobreza económica.

No hay moraleja posible frente a la miseria, representarla ya es, en sí mismo, un sacudimiento , y creo que al final ése es el propósito que perseguimos con esta propuesta.

Entre la crudeza y el humor

De acuerdo con Gilberto Guerrero, en este trabajo se abordan situaciones que nos tocan profundamente. Éstas, precisa, tienen que ver con este individualismo en el que se encuentra sumido el mundo contemporáneo.

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Escena del montaje que la compañía Perro TeatroFoto cortesía de la producción

Eso es producto de la sociedad de la seducción en la que vivimos, resalta. Por eso nos hace muy felices el actual movimiento de #YoSoy132. Es muy esperanzador.

El creador aclara que La ciudad de las estaciones no es una obra para sufrir ni llorar, porque dista mucho de una mirada melodramática de la pobreza.

Dentro de este mosaico hay historias desgarradoras, de abusos, de profundas depresiones, pero también muy divertidas, de la picardía para sobrevivir. Es una obra que me gusta mucho, con un tono muy bien logrado entre la crudeza y el humor, indica.

Por contrastar historias

El montaje de La ciudad de las estaciones es resultado de un esfuerzo conjunto entre el Sistema de Teatros del Gobierno del Distrito Federal, la dirección de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México y la compañía Perro Teatro.

Antes de presentarse en el Sergio Magaña (calle Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María la Ribera), realizó temporada en el Santa Catarina.

Un aspecto que resalta el director fue su decisión de mantener las historias y los personajes en su lugar de origen, Japón. Ello, explica, con la finalidad de que el público mexicano pueda contrastar una realidad que en apariencia le es distante y ajena.

Mi intención no fue hacer algo ilustrativo de lo que vivimos en el país, no convertirlo en panfleto, sino que el espectador se confronte con historias humanas, que lo toquen de manera muy directa, como una forma de reflejarse en otra realidad.