En México se había advertido sobre las dudas en su identidad
Una desavenencia importante en el curso del actual gobierno federal
Miércoles 27 de junio de 2012, p. 24
La detención e identificación equívoca del vendedor de autos usados Félix Beltrán León como hijo de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, provocó distanciamiento entre mandos de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) y la representación de la agencia antidrogas de Estados Unidos en México (DEA, por sus siglas en inglés), pues desde antes de que el supuesto narcotraficante fuera presentado ante los medios de comunicación, algunos funcionarios del gabinete de Seguridad Nacional ya habían sido advertidos de que entre los estadunidenses existían dudas sobre la identidad del detenido.
Fuentes de alto nivel del gobierno mexicano revelaron que la Semar confió en todo momento en los informes que le había entregado la DEA, y cuando surgieron las declaraciones de la familia negando el parentesco entre El Chapo Guzmán y Félix Beltrán, desde la Semar se pidieron explicaciones a la agencia estadunidense, y ante la negativa de ésta para confirmar o negar la especie, el mando naval decidió dejar en manos de la PGR cualquier aclaración, aduciendo que por ello desde su boletín de prensa habían señalado que el detenido era presunto hijo de Guzmán Loera.
Esta es la primera desavenencia importante entre la agencia estadunidense y la Armada de México, luego que la colaboración antidrogas entre ambas instituciones se incrementara sustancialmente durante la administración del presidente Calderón.
Y es que, de acuerdo con fuentes militares, el operativo más importante en el que la Secretaría de Marina colaboró estrechamente con la DEA y otras agencias estadunidenses fue aquel en el que fue abatido por elementos de fuerzas especiales de la Armada Arturo Beltrán Leyva, El jefe de jefes, en una sangrienta acción realizada en diciembre de 2010 en Cuernavaca, Morelos.
En aquel entonces, fuentes oficiales comentaron que los estadunidenses recurrieron a los marinos, porque Beltrán Leyva operaba impunemente en Morelos ante la complacencia de los mandos militares.
Un mes antes, en Matamoros, Tamaulipas, la Armada y la DEA habían cruzado información sobre la ubicación de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, quien también murió en un enfrentamiento con los marinos en una acción en la que tres elementos de la Armada fallecieron.
En junio de 2010, la DEA puso en evidencia por primera vez a la Armada, cuando le dio el pitazo sobre la existencia de explosivos plásticos en un domicilio de la colonia Roma. Aunque la Secretaría de Marina insistió en que el material encontrado era suficiente para elaborar explosivos de alta peligrosidad, la PGR rechazó la versión e incluso dejó libre a la persona que se encontraba en el inmueble cuando llegaron los marinos.
Por otra parte, la defensa de los hermanos Félix y Kevin Daniel Beltrán, el primero de ellos Identificado por la Semar como Jesús Alfredo Guzmán Salazar, presentará en los próximos días a las testigos que aclararán el origen de más de 135 mil dólares y 295 mil pesos que fueron encontrados en la casa de los detenidos el pasado jueves.
El abogado Juan Heriberto Rangel Méndez indicó que trabajará para demostrar la identidad de sus clientes.