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Ver día anteriorViernes 22 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Obama y los jóvenes
E

l presidente Barack Obama decidió otorgar la suspensión temporal de la deportación a aquellos jóvenes extranjeros que llegaron a Estados Unidos cuando tenían menos de 16 años y que ahora no tengan más de 30. Algunos requisitos son que hayan residido en el país durante por lo menos cinco años consecutivos antes de esta decisión, que tengan un diploma de preparatoria o más, o que hayan servido en las fuerzas armadas. Barak Obama ha sido muy enfático en que no se trata de una amnistía, ni es la inmunidad, ni da derecho a la ciudadanía, pero da esperanza y alivio a gente talentosa. Se trata de una medida temporal que se aplicará por dos años, lo que elimina en lo inmediato la posibilidad de la deportación y puede extenderse para subsecuentes renovaciones. Según señala Janet Napolitano, se trata de un ejercicio discrecional. La justificación que da Obama para su actuación fue la ausencia de acciones del Congreso, que se niega a arreglar el sistema de migración que, según afirma, en los hechos está roto.

Las distintas organizaciones de derechos humanos y de apoyo a migrantes, así como los propios jóvenes migrantes, se sienten complacidos, pues como ellos dicen, por lo menos es un primer paso para conquistar una meta más grande, por la que los jóvenes han estado trabajando muy profundamente, y aspiran a mucho más que la postergación de la deportación o de un permiso de trabajo (Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas). Es un paso positivo inicial para alcanzar el pleno reconocimiento como miembros de la sociedad estadunidense, señaló Martha Arevalo (Centro de Recursos Centroamericanos), y podrán tener un número de seguro social, buscar empleo y solicitar licencia de manejo. Estas medidas beneficiarán a cerca de 880 mil jóvenes, aunque, de acuerdo con los datos que ofrece el Centro Hispánico Pew se trata de un universo de un millón 200 mil jóvenes.

Se han manifestado voces contrarias a esta medida, sobre todo de aquellos que normalmente son antinmigrantes. Por un lado afirman que esta medida tiene algunas coincidencias con la llamada Dream Act, que precisamente fue bloqueada en el Congreso por los republicanos. Señalan que se trata de una medida electorera de Obama, quien requiere de los votos de los hispanos si quiere relegirse. Legisladores como el republicano por Texas Lamar Smith dicen que es una invitación al fraude y un daño para los estadunidenses desempleados, y que, diga lo que diga Obama, se trata de una amnistía (CNN México). En cambio, muchos legisladores demócratas están de acuerdo con la posición del presidente y afirman que se trata de una acción perfectamente legal.

Se trata, por supuesto, de una medida muy positiva para estos jóvenes que han demostrado ser una parte muy importante del talento de Estados Unidos, la mayoría de los cuales tienen estudios universitarios, y que no han podido obtener el título por la falta de papeles y cuya vida en general se ve estigmatizada por encontrarse en un limbo jurídico que tiene que ver con el hecho de ser indocumentados. Y si bien es difícil desvincular la medida tomada por Obama de las próximas elecciones, la realidad es que tiene otras dimensiones importantes para Estados Unidos.

En primer lugar habría que recordar que su administración ha enfatizado la necesidad de llevar a cabo cambios profundos en la educación que permitan a muchos más jóvenes alcanzar altos niveles de calificación. Estados Unidos tiene una demanda mayor que la oferta interna en talentos, y esto explica por qué se ha convertido en el país de mayor recepción de este tipo de personas en el mundo, para poder continuar con el desarrollo de la llamada economía del conocimiento. De hecho, las visas para trabajadores calificados, H1B y 01 para trabajadores altamente calificados se han incrementado justamente entre 2008-2010, periodo en el que la crisis ha golpeado gravemente al país (Papademetrious). Y aquí vale la pena recordar las palabras de Obama al afirmar que si queremos realmente hacer de este país el destino del talento y del ingenio del mundo entero, no podemos deportar a aquellos jóvenes migrantes que tienen altos niveles de calificación, pues son ellos quienes permitirán el crecimiento de nuestra economía, así como crear negocios precisamente en el país, en lugar de irse a otro lado.

Por lo tanto, si bien puede ser una medida electorera, no puede desvincularse de las propias necesidades de Estados Unidos, en relación con el crecimiento de la economía y de la importancia que la educación y el talento de su población tiene para superar los graves problemas que enfrentan.

Ojalá que México comprendiera que la mejor posibilidad para desarrollar el país es absorber a su población a través de incrementar la educación de calidad, así como los centros de investigación, de ciencia y tecnología, en lugar de seguir exportando a su población calificada, en lo que ha alcanzado ya un triste cuarto lugar mundial (La Jornada, 12/6/12).