Lo marginal define a mis personajes: viven aislados de la sociedad, explica a La Jornada
La autora de El canto del peregrino recibirá un homenaje en Bellas Artes, el domingo
Jueves 21 de junio de 2012, p. 5
Angelina Muñiz-Huberman lleva el oficio de escritora desde los ocho años de edad. Es toda una vida, comencé escribiendo cuentos y hoy es un oficio con el que estoy muy contenta y seguiré escribiendo hasta el fin de mis días
, dice la ensayista y poeta, quien este domingo estará en el ciclo Protagonistas de la literatura mexicana en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, a las 12 horas.
En un principio compartió su pasión por la literatura con la música, estudió piano hasta que finalmente, al terminar la secundaria, se decantó hacia la escritura. “Mi profesor de piano se decepcionó porque pensó que ya no iba a tener tiempo y efectivamente ya no lo tuve para estudiar música. Mis padres un poco porque les habría encantado que yo fuera pianista, pero como también las letras estaban en su formación –mi padre era periodista y escribió algunos libros de creación en España–, pues no les decepcionó tanto”.
Se quedó con la musicalidad de la palabra, que ha ejercido tanto en poesía como en prosa. Va del ensayo al cuento, a la novela, a la poesía y el género queda decidido precisamente por la musicalidad de la palabra. Ese cambio de géneros literarios no tiene explicación. Tengo años tratando de entenderlo. No sabes por qué te viene la idea de que eso que estás pensando es un poema, o si es un cuento; como ambos son breves los puedes escribir de inmediato y viene como una catarata de palabras e ideas unidas
, dice Muñiz-Huberman, quien entre sus novelas tiene los títulos Morada interior y Tierra adentro.
Tres proyectos
Con la novela sí hay que ir como forzando más todo el proceso mental para llegar a la creación y a plasmar la palabra en la página; ese ya es un proceso más lento y a lo largo de él, aunque uno haya dicho va a tratar de esto y esto, de tantos capítulos, te suceden los imprevistos, por eso es tan fascinante escribir: suceden los imprevistos. Es como una aventura, como si uno fuera por un bosque o navegando por el mar
, manifiesta Muñiz-Huberman.
Y en el ensayo uno tiene a veces que recoger datos de otros libros para darle cierta formalidad, pero va unido una cosa con la otra. Esa es la parte que no puedo explicar cómo sucede, cuál es el fenómeno, a lo mejor necesitaría preguntarle a quien estudia el cerebro para que me lo explique
, añade en entrevista la autora de El canto del peregrino: hacia una poética del exilio.
“Siempre he transgredido los géneros, porque creo que mis cuentos no son cuentos, mis novelas no son novelas, por eso las editoriales comerciales no me quieren seguir publicando porque dicen ‘esto no es una novela’. Como chiste digo ‘no es una novela, sino un novelo’.”
Dentro de su obra el exilio uno de los temas claves, “no porque lo sufriera yo específicamente por el exilio español, de la Guerra Civil, la salida de mis padres a Francia, mi nacimiento en Francia, mi estancia en Cuba, luego en México que sería un periplo característico de las personas exiliadas, de las que pierden su lugar de origen y tienen que acomodarse a los otros lugares, sino que esa misma situación que hasta cierto punto es marginal le permite a uno comprender otras circunstancias semejantes. El exilio lo he ampliado a la búsqueda de la otredad.
“Por eso muchos de mis libros tratan de personas que están aisladas de la sociedad: alquimista, cabalista, un hermafrodita como en el caso de la Burladora de Toledo, todas esas personas que pueden llevar una gran carga emotiva, intelectual, pasional, creativa, pero que por equis razón –la religión, el aspecto físico–, pueden quedar siempre al margen porque se ven diferentes. Tengo un poema que dice ‘En el centro el exilio’.”
Ahora recibe este reconocimiento como una de las protagonistas de la literatura mexicana, unos meses después de recibir la Orden Isabel la Católica,del gobierno de España.
“Yo no espero esas cosas, me caen, y a veces digo: ‘¿por qué yo?’ Y me quedo siempre con esa pregunta. Es algo que no busco, me cae, me siento muy contenta pero por otro lado con mucha responsabilidad.”
Además de los reconocimientos, se juntó la publicación de dos obras en el Fondo de Cultura Económica: el volumen de poesía reunida, Rompeolas, que agrupa nueve poemarios y uno nuevo el cual da nombre al libro, y la redición de Las raíces y las ramas: fuentes y derivaciones de la Cábala hispanohebrea. Mientras, Muñiz-Huberman sigue trabajando en tres proyectos diferentes.
Una antología de textos de la cábala, la alquimia, la Edad Media y el gnosticismo. Cuando eso me agobia lo dejo descansar un poco y continúo con un libro de poesía que trata sobre pequeños aspectos, cosas sorprendentes, mucho de la situación actual de México y el mundo, pero en chispazos, en pequeñas dosis como es el poema.
Asimismo, prepara otro libro inclasificable: “está entre cuento, novela, pensamiento poesía. Ese me va a costar mucho trabajo publicarlo, pero es también un reflejo de este momento de gran ruptura en todo y lo que pasa en el mundo tiene que cambiar al género literario, pero los grandes escritores de éxito y comerciales –a quienes les editan y reditan– a mi modo de ver no son nada revolucionarios, son muy conservadores, siguen los patrones del siglo XIX porque es lo que espera la editorial y algo con mucha ruptura, como lo que estoy haciendo y que hice a partir de mi primera novela desde 1972 todavía no lo comprenden los editores”.