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La compañía Tutatis Producciones realizó el espectáculo callejero Los caballos de Menorca

Enormes y tenaces actores-equinos danzaron por los jardines del CNA

Acompañadas por un percusionista, las bestias de madera y metal embestían o se acercaban a los espectadores para ser acariciadas

Interpretarlas ha ayudado a los actores a comprender la animalidad del ser humano, expresaron

Sólo recreamos una tradición de origen medieval, señalaron

Foto
Esto es lo que el público ve desde fuera, y por eso se mete en el espectáculo, gracias a esa energía tan bestial que se genera, expresó Luís Rovira, director de la compañíaFoto Eduardo Lizalde
 
Periódico La Jornada
Martes 19 de junio de 2012, p. 9

Cuatro enormes e incansables caballos-marionetas recrearon las fiestas populares de origen medieval de la isla catalana de Menorca, en el Mediterráneo, pero ahora en los espacios libres del Centro Nacional de las Artes (CNA), donde decenas de espectadores fueron embestidos y seducidos por los equinos operados por actores.

Pese a la llovizna constante que cayó sobre la ciudad el sábado pasado, el reconocido espectáculo de teatro de calle Los caballos de Menorca, de la compañía Tutatis Producciones Teatrales, logró convocar al comienzo de la tarde a un público de jóvenes, adultos y familias completas que querían ver a las bestias de madera, metal, resinas, fibra de vidrio, crines y colas de paja.

Siempre en movimiento, sin escenario fijo, los caballos embestían a los espectadores, se los comían o se acercaban suavemente a ellos para ser acariciados y hasta fotografiados, mientras el percusionista Miguel Ángel Gilabert batía platillos, cencerros y tambores arriba de una pequeña plataforma rodante, dotada también de dos bocinas de donde además salían efectos de relinchos y cascos sobre el piso.

Tradición popular

En un momento dado los caballos –fundidos con los actores Raúl Cáceres Niño, Carlos Alejandro González, Gerardo Atilio Leites Bresso y Luis Eduardo Varela Cardona, algunos españoles y otros colombianos, uruguayos y un argentino– no sólo cabalgaban, sino hacían coreografías y danzas, acompañados por la música tradicional menorquina, fusionada con las percusiones y sonidos electrónicos.

Al final, los actores-caballos se tomaron más fotos con los espectadores que se les arremolinaban y a los que les confesaban que interpretar estos personajes les ha ayudado a comprender la animalidad que habita en el ser humano.

La plataforma era empujada por el mismo director y coreógrafo de Tutatis, Luís Rovira Yagüez, quien en breve charla comentó que el espectáculo es una recreación y una celebración de la animalidad primitiva del caballo y de la tradición popular original, a partir de un lenguaje contemporáneo.

En la fiesta original, compartió Rovira, la cual se realiza en la isla de Menorca, cercana a Barcelona, para recibir durante junio el solsticio de verano, centenares de caballos cabalgan a la plaza principal, donde los menorquinos se les acercan más de la cuenta en medio de sus relinchos y giros.

En un momento dado, abunda, cuando los caballos se paran en sus patas traseras a instancias de los hábiles jinetes, la gente aprovecha para ponerse debajo, en un ritual de antiguo origen.

“No hemos hecho más que recrear –no digo imitar, porque eso es imposible– teatralmente una fiesta que ya existe en Menorca, parte de las islas Baleares. Esa paroxia, ese momento de éxtasis que creamos aquí con el carro, el percusionista y los caballos-actores es un poco lo que se produce en Menorca.

Si uno va de espectador a esa fiesta acaba un poco así: debajo de los caballos, saltando, levantando los brazos, bailando la jota esa que llama jaleo, que es un desmadre, una fiesta, un baile, junto a los caballos.

Destacó la idea de que el caballo sea el actor metido en la marioneta y manejado con unos tubos. El caballo es el propio actor y éste se transforma en el caballo. Esto es lo que el público ve desde fuera, y por eso se mete en el espectáculo, gracias a esa energía tan bestial que se genera.

Eduardo Lizalde Farías, productor en México de Los caballos de Menorca, destacó que acaban de presentarse en las ciudades potosinas de Moctezuma y Matehuala, en el Festival del Desierto, y que el año pasado los llevó a la ciudad de Puebla.

Aparte del CNA, también se presentaron ayer en el Zócalo capitalino.