El Cairo, 17 de junio. Los egipcios comenzaron hoy la ansiosa espera para conocer a su primer presidente libremente elegido, tras dos días de votación que podrían poner fin a la revolución llevada a cabo en el país en el contexto de la primavera árabe, pero muchos temen que los comicios agraven la incertidumbre política y económica.

Tras el cierre de los colegios electores, que se alargó a las 22 horas locales, la televisión estatal anunció que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) –que gobierna el país desde la caída del presidente Hosni Mubarak, en febrero de 2011– aprobó una declaración constitucional complementaria que limitará el poder del presidente electo.

Al cierre de esta edición, el conteo de votos seguía, pero en un país que no está acostumbrado a elecciones libres no está claro cuándo podrían darse a conocer los primeros resultados. Tras la primera ronda de las elecciones, el mes pasado, donde quedaron fuera varios candidatos populares, el conteo duró varias horas.

Los resultados deben ser proclamados oficialmente el próximo 21 de junio.

La participación fue menor que en la primera vuelta, indicó Hatem Bagato, secretario general de la comisión electoral, quien situó en 46 por ciento de los 50 millones de electores inscritos los que no tuvieron claro por quién votar en una elección entre Ahmad Shafik, el último primer ministro de Mu- barak, y Mohamed Mursi, alto responsable de la Hermandad Musulmana, partido religioso comprometido a revertir las tradicionales libertades sociales.

Al cierre de esta edición, la Hermandad Musulmana aseguró que su candidato obtuvo 52.49 por ciento de los votos frente a 47.5 de Shafik. El reporte no fue confirmado oficialmente.

Sea cual sea el resultado de estos comicios, el próximo presidente de Egipto recibirá en legado una situación económica preocupante y de graves incertidumbres políticas, según algunos analistas.

No tener un parlamento se suma a que el país sigue sin constitución para remplazar a la que fue suspendida después de la caída de Mubarak.

En este contexto, el CSFA informó en la televisora estatal que el ejército se encargará de revisar la composición de la comisión encargada de redactar la nueva carta magna, con el objetivo de limitar la presencia de los islamitas.

El CSFA señaló que la nueva constitución debe ser sometida a referendo dentro de los siguientes 15 días después de haber sido creada y que se debe convocar a nueva elección parlamentaria un mes después de la aprobación de la nueva constitución. De esta manera, los militares en el poder ejercerán los poderes legislativos hasta que sea elegido un nuevo parlamento.

La Corte Suprema Constitucional anuló el jueves pasado la Asamblea Popular (cámara baja del parlamento), dominada por islamitas, ya que determinó que la ley de la elección parlamentaria era inconstitucional.